Nacionalismo español
Se nos han ido sumando varios fracasos en los Juegos Olímpicos, nos creíamos que nos íbamos a comer el mundo y apenas le hemos dado un pequeño mordisco, siempre nos quedará el ciclismo y el tenis. Lo que ha llovido desde Bahamontes y Santana y ahí seguimos, aún con algún aderezo más en otros deportes. Qué tiempos aquellos en que los olímpicos eran puros aficionados y competían sin cobrar. Rafael Nadal ha venido a rescatar la épica de la competición, él solito le pone la sal, la pimienta y todas las salsas al que habitualmente es vulgar hecho de competir.
Para mí que se ha metido en un pozo sin fondo por afirmar, reafirmar y machacar lo español que se siente y lo orgulloso que está de competir por España. A Gasol le llovió de todo hace unas semanas cuando, publicidad por el medio, vino a decir lo mismo. Vivimos en un país extraño en el que está mal visto sentirse español. Facha perdido le llaman a uno cuando se envuelve en la bandera de España. ¿Se imaginan a un polaco, a un francés o a un portugués avergonzándose de serlo? Hay quien ve correcto sentirse nacionalista catalán o vasco o andaluz, pero no admite, vade retro, que haya quien se sienta español.
Llueve en la sede de Ferraz
Empieza a llover más fuerte en la sede del PSOE. Las diferencias entre socialistas socialistas y socialistas nacionalistas comienzan a aflorar. La insolidaridad y el egoísmo centrípeta del estatuto catalán marca severas diferencias entre unos y otros. Montilla, la fe del converso o anticatalán el último, tiene que pagar el peaje de haber nacido en Andalucía y hablar mal el catalán. Se ha propuesto adelantar a los nacionalistas en fe nacionalista, lo que le lleva a crearse enemigos dentro de su propio partido. Son ya tres llamadas de atención las quue ha recibido, desde la vicepresidenta De la Vega a Alfonso guerra, pasando por socialistas gallegos y aragoneses.
El absurdo del PSOE es que el Estatut es una ley aprobada previamente con sus propios votos. ¡Con sus propios votos! ¿Qué problema ven ahora que no supieron ver entonces? Seguir al líder con las entendederas cerradas tiene estas cosas tan incongruentes. La Fe (en el jefe supremo) mueve montañas, pero a veces te cierra los caminos. ¿La solución? Vender cupones en la primera esquina.
La mucama
La mucama me pregunta por la crisis. Ay, madre, cuando la mucama te hace esas preguntas es que la cosa va muy en serio por mucho que se empeñe Zapa en negarlo y andamos todos atándonos los machos por o que se pueda avecinar.
El caso es que no sé si tenía que tranquilizarla o ponerla en guardia. Al final no sé lo que he hecho ni si he sabido hacerlo. Por una parte le contaba que si no recuerdo mal ésta es la tercera crisis que llevo vivida, que todavía recuerdo los años en que el sueldo no se nos subía una peseta para que el Estado pudiera sobrevivir y sin embargo aquí andamos, habiendo nadado en la abundancia durante unos años. Ya se sabe, las siete vacas gordas de Egipto. Pero no pude evitar que se me escapara un “la cuerda se rompe siempre por el sitio del más débil, en este caso, ustedes, los emigrantes”. O sea, ambigüedad bien calculada, a ver quién demonios soy yo para llevar la contraria al gobierno y decir abiertamente que vamos a pasarlo jodíamente mal. Ya de paso recojo apresuradamente el periódico que torpemente estaba abierto por las páginas de economía: empresas que cierran, bajada de producción de petróleo para que no descienda el precio, balanza comercial europea en números rojos…
No sé si al final la buena mujer se va satisfecha o con más incógnitas de las que traía. Que cada palo aguante su vela, me voy unos días de vacaciones, a gastarlo todo antes de que empiece el invierno, no sea que después no pueda. Me refiero al invierno de verdad, al climatológico. Me temo que el económico empezó hace tiempo sin que Zapa se diera cuenta.
Se nos han ido sumando varios fracasos en los Juegos Olímpicos, nos creíamos que nos íbamos a comer el mundo y apenas le hemos dado un pequeño mordisco, siempre nos quedará el ciclismo y el tenis. Lo que ha llovido desde Bahamontes y Santana y ahí seguimos, aún con algún aderezo más en otros deportes. Qué tiempos aquellos en que los olímpicos eran puros aficionados y competían sin cobrar. Rafael Nadal ha venido a rescatar la épica de la competición, él solito le pone la sal, la pimienta y todas las salsas al que habitualmente es vulgar hecho de competir.
Para mí que se ha metido en un pozo sin fondo por afirmar, reafirmar y machacar lo español que se siente y lo orgulloso que está de competir por España. A Gasol le llovió de todo hace unas semanas cuando, publicidad por el medio, vino a decir lo mismo. Vivimos en un país extraño en el que está mal visto sentirse español. Facha perdido le llaman a uno cuando se envuelve en la bandera de España. ¿Se imaginan a un polaco, a un francés o a un portugués avergonzándose de serlo? Hay quien ve correcto sentirse nacionalista catalán o vasco o andaluz, pero no admite, vade retro, que haya quien se sienta español.
Llueve en la sede de Ferraz
Empieza a llover más fuerte en la sede del PSOE. Las diferencias entre socialistas socialistas y socialistas nacionalistas comienzan a aflorar. La insolidaridad y el egoísmo centrípeta del estatuto catalán marca severas diferencias entre unos y otros. Montilla, la fe del converso o anticatalán el último, tiene que pagar el peaje de haber nacido en Andalucía y hablar mal el catalán. Se ha propuesto adelantar a los nacionalistas en fe nacionalista, lo que le lleva a crearse enemigos dentro de su propio partido. Son ya tres llamadas de atención las quue ha recibido, desde la vicepresidenta De la Vega a Alfonso guerra, pasando por socialistas gallegos y aragoneses.
El absurdo del PSOE es que el Estatut es una ley aprobada previamente con sus propios votos. ¡Con sus propios votos! ¿Qué problema ven ahora que no supieron ver entonces? Seguir al líder con las entendederas cerradas tiene estas cosas tan incongruentes. La Fe (en el jefe supremo) mueve montañas, pero a veces te cierra los caminos. ¿La solución? Vender cupones en la primera esquina.
La mucama
La mucama me pregunta por la crisis. Ay, madre, cuando la mucama te hace esas preguntas es que la cosa va muy en serio por mucho que se empeñe Zapa en negarlo y andamos todos atándonos los machos por o que se pueda avecinar.
El caso es que no sé si tenía que tranquilizarla o ponerla en guardia. Al final no sé lo que he hecho ni si he sabido hacerlo. Por una parte le contaba que si no recuerdo mal ésta es la tercera crisis que llevo vivida, que todavía recuerdo los años en que el sueldo no se nos subía una peseta para que el Estado pudiera sobrevivir y sin embargo aquí andamos, habiendo nadado en la abundancia durante unos años. Ya se sabe, las siete vacas gordas de Egipto. Pero no pude evitar que se me escapara un “la cuerda se rompe siempre por el sitio del más débil, en este caso, ustedes, los emigrantes”. O sea, ambigüedad bien calculada, a ver quién demonios soy yo para llevar la contraria al gobierno y decir abiertamente que vamos a pasarlo jodíamente mal. Ya de paso recojo apresuradamente el periódico que torpemente estaba abierto por las páginas de economía: empresas que cierran, bajada de producción de petróleo para que no descienda el precio, balanza comercial europea en números rojos…
No sé si al final la buena mujer se va satisfecha o con más incógnitas de las que traía. Que cada palo aguante su vela, me voy unos días de vacaciones, a gastarlo todo antes de que empiece el invierno, no sea que después no pueda. Me refiero al invierno de verdad, al climatológico. Me temo que el económico empezó hace tiempo sin que Zapa se diera cuenta.
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