Yo lamenté profundamente el día en que se jubiló Xavier Arzallus. Hay algunos políticos a los que los columnistas debemos estar profundamente reconocidos porque siempre han sido fuente inagotable de inspiración. Arzallus, Fraga, Fidel Castro… deben figurar eternamente en nuestra agradecida memoria. A medida que su actividad se va apagando todos debemos estar un poco más tristes. Menos mal que Arzallus ha vuelto.
Arzallus es de los políticos con más estrella que en España han sido. Lo que el votante le ha perdonado no está en los escritos, es de los políticos que debe estar más agradecido a la mala memoria del ciudadano. Sólo es comparable a la manga ancha que los ciudadanos tienen con los políticos de izquierdas, a los que se les permite disimuladamente cualquier fechoría verbal sin que nadie se decida a ajustar cuentas con ellos. A Arzallus ni siquiera se le tiene en cuenta uno de los peores pecados que un político puede tener: Ser de derechas, que se lo pregunten a Izquierda Unida, a los que no les importa pactar con la “abominable” derecha… si es la de Arzallus, si es nacionalista.
Al jefe más sectario de todos los políticos españoles, y mira que es difícil esta disputa, sus votantes nacionalistas le disculparon aquella barbaridad del árbol y las nueces. Como le perdonaron aquello tan racista del Rh negativo. O no sé qué otras historias acerca del cráneo vasco. Tamañas barbaridades sólo las puede disculpar un electorado fiel hasta la desmemoria, afecto a la causa nacionalista hasta la falta de iniciativa mental propia. Y entregado a sus líderes cueste lo que cueste, aunque cueste la capacidad del más leve de los pensamientos críticos.
Arzallus es de los políticos con más estrella que en España han sido. Lo que el votante le ha perdonado no está en los escritos, es de los políticos que debe estar más agradecido a la mala memoria del ciudadano. Sólo es comparable a la manga ancha que los ciudadanos tienen con los políticos de izquierdas, a los que se les permite disimuladamente cualquier fechoría verbal sin que nadie se decida a ajustar cuentas con ellos. A Arzallus ni siquiera se le tiene en cuenta uno de los peores pecados que un político puede tener: Ser de derechas, que se lo pregunten a Izquierda Unida, a los que no les importa pactar con la “abominable” derecha… si es la de Arzallus, si es nacionalista.
Al jefe más sectario de todos los políticos españoles, y mira que es difícil esta disputa, sus votantes nacionalistas le disculparon aquella barbaridad del árbol y las nueces. Como le perdonaron aquello tan racista del Rh negativo. O no sé qué otras historias acerca del cráneo vasco. Tamañas barbaridades sólo las puede disculpar un electorado fiel hasta la desmemoria, afecto a la causa nacionalista hasta la falta de iniciativa mental propia. Y entregado a sus líderes cueste lo que cueste, aunque cueste la capacidad del más leve de los pensamientos críticos.
Vuelve el señor Arzallus, para solaz de los columnistas, a desvariar por donde solía. Nunca ningún hombre dedicado a la política fue tan comprendido por sus electores, ¿por qué a Arzallus se le permite todo? ¿Por qué puede caer en los más abyectos disparates sin que a sus electores les parezca mal? ¿Por qué algunos políticos tienen bula especial? ¿Por qué son tan acríticos sus votantes? ¿Disculparían la misma payasada dicha por otro?
Ahora Arzallus quiere ayudar a pagar la multa al nacionalista que pateó los testículos a un destacado militante del Foro de Ermua. Como semejante pecado lo hubiera cometido un asqueroso españolista íbamos listos… lo que le iba a caer encima a él y a toda España, la de mierda que iba a llover sobre los compañeros de partido del culpable… Ah, pero como el autor es nacionalista vasco todo se le perdona también y hasta Arzallus, sectario donde los haya, tan acrítico con los suyos como hipercrítico con los ajenos, colabora en apoyar la agresión violenta, colabora en defender la violencia como arma política. ¿A qué otro se le perdonaría? ¿Qué otros votantes lo apoyarían? Solo ellos, claro.
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