Tengo muy claro que el poder les vuelve tontos. A algunos les pones una gorra de plato para cortar entradas en la disco y se creen almirantes de la mar océana. El poder, a veces como en este caso la mera cercanía al poder, les vuelve majaras. A los populares les da por coleccionar sobres rellenos de dinero, a los socialistas... también claro. Pero eso es culpa nuestra por dejarles sin control, ese control que los pueblos han de ejercer sobre los poderosos.
Cada uno además tiene una estupidez tradicional a la que nos tienen acostumbrados: los populares (los que se divorcian y abortan sin cuento) a usar del amparo de la Iglesia Católica sin pensar en los católicos; los socialistas ...los socialistas piensan que ser progre consiste en ofender a los católicos, faltarles al respeto y ...y organizar talleres de manipulación sexual, como aquellos de Andalucía o aquellas casas de lenocinio para jovencitos que los socialistas extremeños ofrecían hasta que Rodríguez Ibarra les paró los pies. Follar mucho y masturbarse mucho debe ser para ellos sinónimo de avance social; relacionar la sexualidad con el amor y el compromiso ....será para ellos puro fascismo preguerracivilista, pobricos.
Ahora el expresidente de las Jumentudes Socialistas, Juan Carlos Ruiz Fuentes, pide perdón (obligado te veas, chaval) por aquella campaña del "bendito condón". Lo dicho: leña a la Iglesia y a follar todos con todos y se acaba la crisis. Mientras estemos encamados con la vecina de enfrente o nos la pelemos a solas y a oscuras en un rincón (¿Y por qué no se retrasmite?) caminaremos a la arcadia socialista que nos prometen. Lo de luchar por los parias de la tierra debe consistir en que todos tengan derecho a una muñeca hinchable, por lo menos. O mientras haya un sólo católico al que dar caña. ¿Quién enseñará respeto a estas promesas del futuro socialista?
Claro que el chavalete (bueno, de chavalete ya no tendrá nada, las juventudes de todos los partidos están plagadas de maduros y maduras, de barbados y barbadas, de soplapollas y soplapollos con nietos a su cargo) a preguntas de la juez ha contestado: “Por supuesto que no; yo no pretendía ofender a nadie; si hubiera sabido que iba a ofender, no lo habría hecho; si alguien se ha sentido ofendido, le pido disculpas”. Y en homenaje a la ingenuidad de Caperucita hemos de creer que no, que su intención era la mejor del mundo mundial, ¡cómo iba él a ofender a nadie, bendita e inocente criatura!
La acusación, representada por el Centro Jurídico Tomás Moro se felicita de que por primera vez alguien que atenta contra los sentimientos religiosos pida perdón, lo que dados los escasos antecedentes no es para menos, oigausté. Y dicha acusación añade muy evangélicamente: “Con independencia de lo que dicte la juez nosotros nos damos por satisfechos; aceptamos el perdón solicitado confiando en que no se vuelva a repetir”
Personalmente me da igual si al pájaro le condenan a hacer de monaguillo toda la eternidad en una iglesia del barrio madrileño de Salamanca, en una de Entrevías o si le despelujan y le embadurnan de miel de la Alcarria y lo exponen al sol de agosto, al fin y al cabo la cabra siempre tira al monte, el perro a la farola más cercana y las jumentudes socialistas a por el cura más despistado. Son así y seguirán siendo así, son la España tradicional, siempre detrás de los curas, en este caso con una estaca. No aprenden.
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