Palencia es una emoción:

12 agosto 2008

Los que sostienen el pedestal de Zapa


La parte más inadvertida de la política es que basta esperar para ver pasar el cadáver político de tu enemigo. Nos olvidamos enseguida de la multitud de ilustres abandonos que son inmediatamente sustituidos por nuevos nombres lustrosos y llamativos hasta que de nuevo son devorados por las circunstancias. Lo peor para un político es creerse superior e insustituible. Tan perfectamente inútil ahora es Aznar como González. Bueno, Aznar tiene a su favor que se fue de motu propio.

Y exactamente lo mismo les pasará a Rajoy, esa inutilidad dialéctica que preside la derecha española, y a Zapathuero, un agujero vacío rodeado de nada por todas partes menos por una que se llama sonrisa.
Zapatero ganó el congreso socialista a José Bono por nueve votos y gracias al apoyo de Maragall, otro cadáver político sacrificado en el altar mayor cuando quería cobrarse su deuda con Zapa. Zapa está ahí porque tiene el poder y puede repartirlo. Los barones socialistas se mueren por una mirada zapateril… de momento, hasta el día en que puedan cobrárselo todo junto a su actual secretario general. Pero llegará el día en que algunos de quienes le sostienen el pedestal se cansen y comprueben cómo la eterna sonrisa y las palabras hueras no conducen a ninguna parte, salvo al enfrentamiento entre socialistas y entre comunidades, incluidas las socialistas. Y Zapa se vaya con su sonrisa al cielo político de los optimistas antropológicos.

Al lado de grandes aciertos políticos, la ley de dependencia, Zapa lleva cuatro años de irresponsabilidad, diciendo que sí a todos los interlocutores y a todos los planteamientos, lo que inevitablemente acaba en contradicciones imposibles de mantener. Su fachada política de sonrisa y bonitas palabras (tenemos un gobierno poético, lírico y versallesco) le impedían ofrecer la más elemental negativa a cuantas presiones le han sometido sus supuestos aliados.

De esos gestos de cara a las diferentes galerías arrancan los problemas que ahora a de afrontar España. Aceptar la crisis económica “como ustedes quieren que diga” no entraba en los planes de Zapa aunque para ello fuese necesario esconder la cabeza debajo del ala. Y en ésas estamos, con un gobierno que como solución económica ofrece a sus ciudadanos quitarse la corbata, usar bombillas de bajo consumo, ¿cuántos millones llevan regalando éste y el anterior gobierno? o poner la lavadora por la noche.

En la lírica gubernamental entraban, una tras otras, las concesiones a los nacionalistas (Ojo, que Aznar era menos lírico pero cuando le convino también se puso a hablar catalán “en la intimidad”), todo lo admitía Zapa con esa sonrisa, ese buen rollito y esa cara de “aquí no pasa nada que no pueda yo solucionar”, incluido que los presupuestos del Estado dependan de reuniones bilaterales entre “Madrid” y la Generalitat. Hasta que la dura realidad le para los pies bruscamente. El endiablado sudoku autonómico no tiene fácil solución y las sonrisas y bella palabrería zapateril no van a solventarlo… sin coste político para los socialistas.

Aún en ese caso José Blanco y Zapatero forman un endiablado tándem propagandístico, al que la vicepresidenta de la Vega y Leire Pajín le hacen las palmas siempre muy acertadamente, con la inestimable colaboración de los coros y danzas de los terminales mediáticos socialistas. Es ésta una especialidad que los actuales dirigentes del PSOE dominan con una superioridad absoluta, Zapathuero sabe de la superficialidad del votante, para el que lo que importa es la fachada y las palabras y gestos políticamente correctos. El agit-prop siempre ha sido una de las armas favoritas de cierta izquierda, Zapatero y José Blanco lo dominan muy bien mientras que la derecha española (¿por qué les avergüenza decir que son de derechas?) … es sólo una derecha a la que le falta mano izquierda.

El mayor enemigo de Zapatero no es Rajoy, sino su ego, que le permite esconderse en Doñana sin que se le vea al mando de la nave durante esta tormenta, y los socialistas gallegos y andaluces que están que trinan con la financiación catalana. ¿Pero ésta no es una ley aprobada por las Cortes con el voto de los socialistas gallegos y andaluces? ¿De qué se quejan? Y con los votos socialistas castellanos también, lo que pasa es que al menos éstos como apenas existen no se atreven a levantar la voz contra su propio líder.

Los que sostienen el pedestal de Zapa empiezan a cansarse de su peso. También González, y eso que era “dios”, cayó en desgracia. Tiempo al tiempo.

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