Palencia es una emoción:

15 septiembre 2008

¿Pero, quién coños se ha inventado esto de Cibeles Madrid Fashion week?


A veces pienso que nos da vergüenza ser españoles (y los nacionalistas lo saben y se aprovechan de ello) y exprimimos cualquier ocasión para reivindicarnos como más cosmopolitas que nadie. Dime de qué presumes, vaya. Quizá para compensar nos hemos convertido en un país antiamericano a pesar de que vemos miles de pelis americanas, nos alimentamos de fast food, “chateamos” con nuestros amigos, usamos el “mouse”, nos compramos un “set” de colonia en “spray” y “externalizamos” algunos servicios de nuestras empresas. Digo yo que en qué año hablaremos todos spanglish. Que se preparen las generaciones venideras.

Pensemos en cuántas innecesarias leyendas en inglés nos encontramos cada día. “American blended, red label”. O el “share” en “prime time” de las televisiones. O simplemente algo que nos encontramos en todas las carreteras: “STOP”, que manda narices hacer oficial un anglicismo. Nos gustan más los anglicismos que un lazo rosa en el tobillo a mi vecina la del sexto izquierda, perdona, Maripuri. Lo de la publicidad y su influencia en personas que reciben el 100% de la información por televisión lo dejo para otro día, no me quedaría espacio suficiente.

Basta llevar puestas las orejas para observar cuántos estúpidos nombres nos encontramos cada día. ¿Eh, Jonanthan, majo? ¿Y Jennifer? Todavía me acuerdo de un anciano vecino mío que corría detrás del triciclo de su nieto al pelado grito de “No corras, Kevin José, que te vas a caer”. Dado que los extremos se tocan algún día nos daremos cuenta de que a fuerza de intentar ser neoyorkinos nos hacemos más paletos que los señores progenitores del tal Kevin José, que Dios tenga en la gloria de la ignorancia y el patetismo universales.

Y ahora le toca a la Pasarela Cibeles. Que por arte del “Aversitevendomejor” ha pasado a ser “Cibeles Madrid Fashion Week”, chúpate lo chulo que queda eso cuando lo reproduzca el Fainansial Taims. Es la renuncia a lo propio para gustar a los ajenos, es la negación del yo para pasar a ser lo que los demás quieran, que busquen un siquiatra colectivo. Uno, que siempre ha sido moderadamente afrancesado, admira demasiado a muchos pueblos por su cultura, entendida de manera amplia y laxa, pero no hasta el punto de renunciar al propio idioma con tal de caer en gracia a todo el mundo, algo que siempre resulta imposible. Que aprendan idiomas también ellos, joé.

Entre los k skribn asi pq sta guay i ls anglófilos despelotados nos traen el idioma como mujer barata por tierra de matorrales resecos. No se trata de la renuncia porque sí a lo que venga de fuera, sino que se trata de poner en valor aquello nuestro que tiene altura, calidad y características propias de nivel internacional. El castellano, por ejemplo, que además de ser el idioma de Cervantes los es también de medio mundo. Que se merece defensa y apoyo de nuestras empresas más internacionales. ¿De cuándo data el primer premio Nobel a la Literatura en castellano?
Y les dejo, amigos lectores, que tengo que enviar un email a un friend para preguntarle por un shareware. Quizá después me vaya a hacer footing por el riverside de Palencia. See you.

PD: Más tarde entraré en mi home page a ver si ustedes me han dejado algún “post” en mi “blog”.

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