De cursi, si la circunstancia no fuera trágica, podía calificarse la foto de nuestros políticos arrojando besos a la viuda del militar asesinado por ETA.
Algunos de los que en ella aparecen realizaban hace algunos meses manifestaciones públicas que hoy les sonrojarían, no sabrían donde meterse si se les preguntara con un micrófono delante. Lo grave es que no lo reconocen, con la misma cara que antes afirmaban la licitud electoral de ANV apoyan ahora su ilegalización. Sin mover un músculo, sin que les de vergüenza. Ni risa.
Y sin embargo algo ha cambiado en la visión de los grandes partidos respecto al terrorismo de ETA. Lo que antes servía de enfrentamiento es ahora, y por arte de birle birloque, una poderosa razón para la unión y el trabajo conjunto. La rectificación de Zapatero, tardía y lenta, es buena y válida, aunque él y los suyos, hace falta cara dura, no reconozcan haber modificado su actitud.
¿Pero es éste el miso Zapa de los “accidentes” de Barajas? Alguien ha cambiado, sea Otegui, que tal vez de pronto haya dejado de ser un hombre de paz, sea de Juana “el irlandés”, que ya no amenaza con huelgas de hambre, o sea nuestro gobierno, deseoso de que olvidemos su anterior actitud, pero donde antes había división y enfrentamiento hay ahora unión, apoyo y buenas perspectivas.
Todos unidos ofreciendo resistencia conjunta a los terroristas. ¿Todos? No, tenía razón el presidente putero de Cantabria. El PNV es un coche circulando por dirección contraria en una autopista, convencido de que todos los demás vehículos están equivocados. El PNV siempre viaja por su cuenta, siempre con su peculiar recorrido ajeno a la colaboración con los demás en esta Formula 1 de la democracia, ofreciendo vías de escape a los que agitan el nogal, nombrando “democráticamente” a Josu Ternera para la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco, rompiendo la unidad de los partidos cuando, tras la muerte de Miguel Ángel Blanco, ETA estuvo acorralada. ¿O la actitud de sus diputados, encabezados por Atutxa, presidente del Parlamento Vasco, no fue apoyo a los filoterroristas cuando se ordenó la disolución del grupo parlamentario batasuno?
Cierto que sin el PNV las libertades en Euzkadi serían mayores, no sería el único lugar de Europa donde los candidatos de las elecciones van con escolta. ¿Qué libertad de expresión es ésa, qué elecciones libres pueden ser ésas? Y por lo tanto… ¿Qué democracia es ésa? Ya de paso recordemos que esto sucede con el apoyo electoral de una parte de vascos, que comprenden, apoyan o disculpan las veleidades racistas de Arzallus y su Rh, admiten que las bombas o los secuestros son un pequeño peaje a pagar… o simplemente callan y miran para otro lado cuando conviene. Claro, muy claro, que si el PNV pasara definida, clara y contundentemente a combatir y rechazar el terror, a señalar públicamente a los colaboradores y a remangarse e implicarse directamente en la lucha contra los asesinos fascistas-leninistas las cosas serían muy diferentes en Euzkadi.
Pero esta actitud colaboracionista no es nueva, lleva sucediendo largo tiempo con el conocimiento y la aquiescencia de todos los partidos, que cuando les cuadra en sus planes estratégicos se cogen de la cintura de Urkullu y los suyos y les sacan a bailar con absoluto descaro y desparpajo… cuestión de maniobras partidistas para aprobar los presupuestos generales o leyes orgánicas, por ejemplo. ¿Por qué escandalizarse ahora? No se alarme el lector, serénese y compruebe que esto ha ocurrido también con Aznar. ¿O no nos acordamos de Arzalluz de visita en la Calle Génova de Madrid?
¿Para qué y por qué va a cambiar de actitud el PNV si cuando llega el momento unos u otros acuden presurosos a rendirle pleitesía?
Algunos de los que en ella aparecen realizaban hace algunos meses manifestaciones públicas que hoy les sonrojarían, no sabrían donde meterse si se les preguntara con un micrófono delante. Lo grave es que no lo reconocen, con la misma cara que antes afirmaban la licitud electoral de ANV apoyan ahora su ilegalización. Sin mover un músculo, sin que les de vergüenza. Ni risa.
Y sin embargo algo ha cambiado en la visión de los grandes partidos respecto al terrorismo de ETA. Lo que antes servía de enfrentamiento es ahora, y por arte de birle birloque, una poderosa razón para la unión y el trabajo conjunto. La rectificación de Zapatero, tardía y lenta, es buena y válida, aunque él y los suyos, hace falta cara dura, no reconozcan haber modificado su actitud.
¿Pero es éste el miso Zapa de los “accidentes” de Barajas? Alguien ha cambiado, sea Otegui, que tal vez de pronto haya dejado de ser un hombre de paz, sea de Juana “el irlandés”, que ya no amenaza con huelgas de hambre, o sea nuestro gobierno, deseoso de que olvidemos su anterior actitud, pero donde antes había división y enfrentamiento hay ahora unión, apoyo y buenas perspectivas.
Todos unidos ofreciendo resistencia conjunta a los terroristas. ¿Todos? No, tenía razón el presidente putero de Cantabria. El PNV es un coche circulando por dirección contraria en una autopista, convencido de que todos los demás vehículos están equivocados. El PNV siempre viaja por su cuenta, siempre con su peculiar recorrido ajeno a la colaboración con los demás en esta Formula 1 de la democracia, ofreciendo vías de escape a los que agitan el nogal, nombrando “democráticamente” a Josu Ternera para la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco, rompiendo la unidad de los partidos cuando, tras la muerte de Miguel Ángel Blanco, ETA estuvo acorralada. ¿O la actitud de sus diputados, encabezados por Atutxa, presidente del Parlamento Vasco, no fue apoyo a los filoterroristas cuando se ordenó la disolución del grupo parlamentario batasuno?
Cierto que sin el PNV las libertades en Euzkadi serían mayores, no sería el único lugar de Europa donde los candidatos de las elecciones van con escolta. ¿Qué libertad de expresión es ésa, qué elecciones libres pueden ser ésas? Y por lo tanto… ¿Qué democracia es ésa? Ya de paso recordemos que esto sucede con el apoyo electoral de una parte de vascos, que comprenden, apoyan o disculpan las veleidades racistas de Arzallus y su Rh, admiten que las bombas o los secuestros son un pequeño peaje a pagar… o simplemente callan y miran para otro lado cuando conviene. Claro, muy claro, que si el PNV pasara definida, clara y contundentemente a combatir y rechazar el terror, a señalar públicamente a los colaboradores y a remangarse e implicarse directamente en la lucha contra los asesinos fascistas-leninistas las cosas serían muy diferentes en Euzkadi.
Pero esta actitud colaboracionista no es nueva, lleva sucediendo largo tiempo con el conocimiento y la aquiescencia de todos los partidos, que cuando les cuadra en sus planes estratégicos se cogen de la cintura de Urkullu y los suyos y les sacan a bailar con absoluto descaro y desparpajo… cuestión de maniobras partidistas para aprobar los presupuestos generales o leyes orgánicas, por ejemplo. ¿Por qué escandalizarse ahora? No se alarme el lector, serénese y compruebe que esto ha ocurrido también con Aznar. ¿O no nos acordamos de Arzalluz de visita en la Calle Génova de Madrid?
¿Para qué y por qué va a cambiar de actitud el PNV si cuando llega el momento unos u otros acuden presurosos a rendirle pleitesía?
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