Después de varios meses de ausencia, Fidel Castro aparece en las últimas fotos preocupantemente delgado y demacrado. En una foto tomada el 20 de octubre junto al líder de la Iglesia ortodoxa rusa, que inauguraba la catedral ortodoxa de la Habana, el aspecto del viejo revolucionario cubano era casi cadavérico. Todo apunta a que es el principio del fin.
En la foto el dictador cubano parece apenas sostenerse en pie, tiene la mirada perdida y en ella hay un gesto de impotencia y una llamada de auxilio. Castro puede haber empezado a morirse y es consciente de ello. Cuando llegue el día habrá empezado el futuro de Cuba y los cubanos tienen delante tres caminos a seguir. Ellos decidirán… si les dejan.
Porque una de las características de las dictaduras comunistas es su inmutabilidad, a diferencia de las dictaduras de derechas el comunismo resiste muy bien la muerte de sus cabezas visibles, es algo que podemos apreciar desde la URSS a la actual Corea, donde sin apurar mucho podríamos hablar de dictadura hereditaria. Todo indica que ahora el poder está en manos del ¡cuñado! del anterior déspota.
Y ésa será la primera prueba de fuego, ver si los comunistas cubanos, estalinistas a machamartillo, resisten la presión de la sociedad cubana y de la prensa internacional. ¿Fidel habrá dejado todo “atado y bien atado” de verdad o lo habrá hecho al estilo Franco? Debo confesar que no estoy seguro de hacer bien al referirme a si las autoridades cubanas resistirán la “presión de la calle”, creo que dadas las circunstancias dictatoriales habrá poca presión popular. Esa policía secreta montada por el castrismo, el chivato vecinal, no permitirá que se mueva una sola hoja de árbol sin el correspondiente permiso oficial.
Por otra parte, los cubanos deben evitar los riesgos de la contrarrevolución, los excesos castristas no se curan con excesos de la ultraderecha, esté sentada en Miami jugando al dominó o esté al acecho en el interior de la isla. Llenar las calles de violencia no servirá para preservar un futuro mejor para la sociedad cubana, la sangre no lava el dolor de los encarcelados o de los exiliados, sólo sirve para proporcionar más dolor y más deseos de venganza.
Contra inmovilismo y revolución queda una tercera vía: Evolución, que el régimen debe facilitar si se quiere evitar más dolor. La pregunta es cuántos regímenes comunistas han evolucionado pacíficamente hacia posturas democráticas.
La sociedad cubana, estrechamente controlada por la dictadura, debe saber arreglárselas para no ahogarse en sangre y dolor. En más sangre y dolor. Castro se muere y en la Casa Blanca hay un hombre negro, el mundo está cambiando y somos testigos.
En la foto el dictador cubano parece apenas sostenerse en pie, tiene la mirada perdida y en ella hay un gesto de impotencia y una llamada de auxilio. Castro puede haber empezado a morirse y es consciente de ello. Cuando llegue el día habrá empezado el futuro de Cuba y los cubanos tienen delante tres caminos a seguir. Ellos decidirán… si les dejan.
Porque una de las características de las dictaduras comunistas es su inmutabilidad, a diferencia de las dictaduras de derechas el comunismo resiste muy bien la muerte de sus cabezas visibles, es algo que podemos apreciar desde la URSS a la actual Corea, donde sin apurar mucho podríamos hablar de dictadura hereditaria. Todo indica que ahora el poder está en manos del ¡cuñado! del anterior déspota.
Y ésa será la primera prueba de fuego, ver si los comunistas cubanos, estalinistas a machamartillo, resisten la presión de la sociedad cubana y de la prensa internacional. ¿Fidel habrá dejado todo “atado y bien atado” de verdad o lo habrá hecho al estilo Franco? Debo confesar que no estoy seguro de hacer bien al referirme a si las autoridades cubanas resistirán la “presión de la calle”, creo que dadas las circunstancias dictatoriales habrá poca presión popular. Esa policía secreta montada por el castrismo, el chivato vecinal, no permitirá que se mueva una sola hoja de árbol sin el correspondiente permiso oficial.
Por otra parte, los cubanos deben evitar los riesgos de la contrarrevolución, los excesos castristas no se curan con excesos de la ultraderecha, esté sentada en Miami jugando al dominó o esté al acecho en el interior de la isla. Llenar las calles de violencia no servirá para preservar un futuro mejor para la sociedad cubana, la sangre no lava el dolor de los encarcelados o de los exiliados, sólo sirve para proporcionar más dolor y más deseos de venganza.
Contra inmovilismo y revolución queda una tercera vía: Evolución, que el régimen debe facilitar si se quiere evitar más dolor. La pregunta es cuántos regímenes comunistas han evolucionado pacíficamente hacia posturas democráticas.
La sociedad cubana, estrechamente controlada por la dictadura, debe saber arreglárselas para no ahogarse en sangre y dolor. En más sangre y dolor. Castro se muere y en la Casa Blanca hay un hombre negro, el mundo está cambiando y somos testigos.
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