Lo dije el otro día en la tertulia de la televisión: si las cosas son como parece los ricos serán más ricos y los pobres serán más pobres. O sea, antisocialismo. O sea, zapaterismo cruel.
Castilla parió a España y a pesar de ello no existe en la España autonómica. No sólo no existe, dividida en cinco regiones de la Señorita Pepis, es que no pinta nada en este reparto de premios que Zapa otorga tan generosamente… sacándolos de nuestros impuestos. Cataluña se llevará de la nueva financiación 3.500 millones. 3.500 millones… más de los actuales, claro. Más dinero para los más ricos, que se jodan los pobres y no hubieran nacido. A los presidentes de las autonomías castellanas ni los han llamado a Moncloa, si exceptuamos a la lideresa fugitiva. ¡Y nadie se escandaliza! Ya digo, Castilla no pinta nada en esta España de votos cautivos y vendidos al mejor postor.
Castilla exportó cientos de miles de hombres y mujeres a Cataluña y a Euzkadi, lugares donde crean riqueza y pagan impuestos en vez de hacerlo en su tierra natal. Ambas autonomías están entre las más ricas de las ricas. A Euzkadi y Navarra se les permite un régimen foral propio que les distancia aún más de las regiones menos prósperas. Viva Franco que fue con el que empezó todo esto. Un régimen foral, impositivo, discriminatorio y basado en derechos… medievales. E injusto también. ¿Y Castilla renunció a su independencia para parir esta España? Castilla aporta la mano de obra, claro.
Ahora con la nueva financiación que premia a las autonomías más habitadas a Castilla le vuelven a dar por donde amargan los pepinos, pero esto ya no es una dictadura. Es la democracia de los partidos minoritarios que cobran sus apoyos al gobierno en puñados de euros. Ya pasó con González y con Aznar, no nos pilla de nuevas. Cambia el signo de los tiempos pero los perdedores son siempre los mismos.
Los ricos se salen con la suya y la financiación sólo contemplará de modo solidario la Sanidad, Educación y Dependencia. Y nos olvidamos de que todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Y ante los impuestos también, conste. Y nos olvidamos de que el Estado debe hacerse presente en el más recóndito de los pueblos de España y equilibrar las diferencias sociales, de renta y de nivel de vida que hubiera. Dónde queda esto actualmente? ¿Eso es el socialismo del siglo XXI? Sólo es zapaterismo a conveniencia.
Nadie habla de devolver a Castilla los tres millones de emigrantes que tuvieron que irse a crear riqueza y pagar impuestos otros sitios para poder comer. ¿Quién, cuándo, cómo se paga eso? ¿Dónde están, por qué callan, por qué lo toleran los presidentes autonómicos de Castilla? ¿Por qué callan, ladinamente, los parlamentarios de unos y de otros?
Castilla parió a España y a pesar de ello no existe en la España autonómica. No sólo no existe, dividida en cinco regiones de la Señorita Pepis, es que no pinta nada en este reparto de premios que Zapa otorga tan generosamente… sacándolos de nuestros impuestos. Cataluña se llevará de la nueva financiación 3.500 millones. 3.500 millones… más de los actuales, claro. Más dinero para los más ricos, que se jodan los pobres y no hubieran nacido. A los presidentes de las autonomías castellanas ni los han llamado a Moncloa, si exceptuamos a la lideresa fugitiva. ¡Y nadie se escandaliza! Ya digo, Castilla no pinta nada en esta España de votos cautivos y vendidos al mejor postor.
Castilla exportó cientos de miles de hombres y mujeres a Cataluña y a Euzkadi, lugares donde crean riqueza y pagan impuestos en vez de hacerlo en su tierra natal. Ambas autonomías están entre las más ricas de las ricas. A Euzkadi y Navarra se les permite un régimen foral propio que les distancia aún más de las regiones menos prósperas. Viva Franco que fue con el que empezó todo esto. Un régimen foral, impositivo, discriminatorio y basado en derechos… medievales. E injusto también. ¿Y Castilla renunció a su independencia para parir esta España? Castilla aporta la mano de obra, claro.
Ahora con la nueva financiación que premia a las autonomías más habitadas a Castilla le vuelven a dar por donde amargan los pepinos, pero esto ya no es una dictadura. Es la democracia de los partidos minoritarios que cobran sus apoyos al gobierno en puñados de euros. Ya pasó con González y con Aznar, no nos pilla de nuevas. Cambia el signo de los tiempos pero los perdedores son siempre los mismos.
Los ricos se salen con la suya y la financiación sólo contemplará de modo solidario la Sanidad, Educación y Dependencia. Y nos olvidamos de que todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Y ante los impuestos también, conste. Y nos olvidamos de que el Estado debe hacerse presente en el más recóndito de los pueblos de España y equilibrar las diferencias sociales, de renta y de nivel de vida que hubiera. Dónde queda esto actualmente? ¿Eso es el socialismo del siglo XXI? Sólo es zapaterismo a conveniencia.
Nadie habla de devolver a Castilla los tres millones de emigrantes que tuvieron que irse a crear riqueza y pagar impuestos otros sitios para poder comer. ¿Quién, cuándo, cómo se paga eso? ¿Dónde están, por qué callan, por qué lo toleran los presidentes autonómicos de Castilla? ¿Por qué callan, ladinamente, los parlamentarios de unos y de otros?
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