Me he leído parte del informe de Caritas
que habla del desplome de los niveles de renta en España, del aumento de la
desigualdad y del aumento de la pobreza. Nos retrata en pocas líneas. ¿O
retrata a nuestros dirigentes?
La caída de la renta media es de
un 4% y la subida de los precios anda por el 10%. Y supone que un 26,8% de los
españoles se encuentra en situación de pobreza y que algunos ya han pasado al
escalón de la exclusión social. ¿Es culpa de los españoles o de los dirigentes
de los españoles? Cuando se construían aeropuertos sin futuro, cuando se
prejubilaba a hombres sanos a los cincuenta y pocos años, cuando se
sobrecargaban las arcas públicas con gastos excesivos en fastos, oropeles y
sobresueldos de exministros, exconsejeros, exdiputados, expresidentes,
exalcaldes y excualquier cosa… ¿nadie tomaba nota? ¿Dónde estaban, para qué
estaban nuestros prohombres?
Ahora Caritas advierte del
aumento de la desigualdad, ¿el socialismo de los seiscientos asesores, de la
negación porque sí de la dura realidad no tiene nada que decir de esa
desigualdad? ¿Cuántos años, cuántos puestos de trabajo, cuánto retraso costó
que Zapatero rectificase su costosísima política de esconder la cabeza debajo
del ala?
Ahora Caritas advierte del aumento
de la pobreza, ¿nada tiene que decir el gobierno actual sobre los puestos de
trabajo que en la pequeña empresa ha costado la reducción salarial de los
empleados públicos? ¿Nada de la nula reforma en el funcionamiento de la
Administración?
¿Por qué cuando un empleado
comete un grave error en su puesto de trabajo y causa perjuicio a su empresa
caen sobre él las duras consecuencias previstas, pero nada pasa cuando errores
que cuestan millones de puestos de trabajo, millones de padres desesperados o
dolorosos desahucios sobre familias numerosas son cometidos por dirigentes
políticos o económicos con altísima responsabilidad?
Antes de jurar fidelidad a la Constitución
los políticos deberían jurar fidelidad al diccionario de la Real Academia de la
Lengua, abierto especial y solemnemente para la ocasión por la página donde
viene la definición de la palabra “responsabilidad”:
- “Deuda, obligación de reparar y satisfacer, por sí o por otra persona, a consecuencia de un delito, de una culpa o de otra causa legal”.
- “Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado.”
- “Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente”
Si en España hay irresponsables
no habrá que buscarlos entre los pequeños ahorradores, como en Chipre, no serán
los jubilados los que debieran pagar las consecuencias, no debieran ser los
empleados públicos, no debieran ser los que acuden a los hospitales o a las
escuelas. ¿Por qué, por qué, por qué, la cuerda se rompe siempre por el lado
del más débil, del pobre, por qué el responsable es siempre el de abajo,
mientras el irresponsable sale satisfecho y recibiendo palmaditas en el hombro?
¿El informe de Caritas retrata a
España o a nuestros dirigentes? Claro, que al final a esos dirigentes los hemos
escogido los ciudadanos… Sarna con gusto.
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