Nos lo han vendido durante años
con intensidad, con tanta insistencia como los anuncios de colonias antes del
día de la madre o los de obras encuadernables cuando va llegando septiembre. La izquierda es honesta, beatífica, inconformista, rebelde, favorable a los desheredados... Pesados, reiterativos, cargantes, plúmbeos. Y resultó, se descubre poco a poco
pero incesantemente que no es verdad, que la izquierda es tan poco ética como
la derecha… que ser de izquierdas no asegura esa limpieza moral que nos habían
vendido. Que nos habían querido vender.
Que la derecha es capitalista,
cavernícola, fascista, franquista, retrógrada y podridamente corrupta nos lo
habían dicho también en infinidad de ocasiones. Cierto que en buena parte es verdad…
los acontecimientos recientes así parecen querer demostrarlo… ¿cuánta ética hay
en esos sobresueldos, por muy legales que sean, que recibían algunos de las
generosas manos de Bárcenas? ¿De dónde salía tanta liquidez? Ya, claro, si
estoy seguro de que limpios y generosos los hay en todas partes. Pero de
estereotipos hablo.
El caso es que la angelical cara
que nos han presentado se cae a pedazos día tras día. La de la derecha es
irrecuperable, de ello se encarga la izquierda y sus convincentes medios de
comunicación. La de la izquierda… Mire, por no hablar de “mihenmano” o de
Roldán, tan antiguos ya, la actualidad nos habla de los ERE’s fraudulentos, por
ejemplo. Un ejemplo de corrupción colectiva… Aunque si es mal de muchos…
Pero ahora, ese candoroso estereotipo
de ética obrera, anticapitalista, de la lucha a favor de los marginados, de los
parias de la vida, de los desahuciados… salta hecho añicos por el caso del
superobrero, del superaltruista, del superentregado a los más pobres, del
supercontrabanqueros… Diego Valderas, el supermán de los desahuciados. Su procedimiento
para quedarse con el piso de su vecino, ahorrándose unos milloncejos de pesetas
es penosamente reprobable y manifiestamente sucio.
Eso sí, los pregoneros de la
derecha no sacarán tajada, nunca han sabido. Y además ahora tienen las dos
manos ocupadas, tapándose por delante y por detrás. Una alternativa ha de ser
posible, la suciedad social está llegando a cotas inaceptables y las encuestas
ponen en el disparadero a los dos grandes culpables.
Quieren liderar la vida en
España. Líder es el que va delante, señalando el camino... ¡Pues buen trabajo,
oiga!
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