Tenía pensado para esta noche empezar a preocuparme por los resultados del domingo pasado pero no lo voy a hacer. Pensaba que con la debacle del PP y del PSOE empezaba también la debacle nacional, que el sistema capitalista se perdía y que nos íbamos todos por el desagüe de la Historia, pero observando a través de mi ventana veo que el mundo sigue, el médico acude a su consulta, el maestro a su escuela y el autobús sigue parando cada cuarto de hora bajo mi ventana. No sólo la churrería de enfrente sigue abierta, sino que hasta la Bolsa sigue impertérrita su camino ascendente. Si el capitalismo no se alarma, ¿debo hacerlo yo, pobre y mísero diente de una feroz rueda sin fin?
Ya puede parecernos el fin del mundo, el fin del bipartidismo o el fin de España que si la Bolsa sube significa que al día siguiente habremos de levantarnos para cumplir con el trabajo. La vida sigue igual y ni el más extremista puede acabar con esto..., sea lo que sea "esto". Ya se encargarán de reducir a cenizas el extremismo los mismos que lo han encumbrado con unas cuantas tertulias televisivas. Esto no es Venezuela ni nadie va a conseguir que el currito mañanero pueda jubilarse a los sesenta tras veinte años de trabajo. No hay manera de sacar eso adelante, ya se encargarán Botín y compañía.
En el PP no se dan por enterados, admiten que la gente está cabreada pero no están dispuestos a cambiar nada. Me pregunto si se les mantendrá en pie el tinglado sin caerse en cualquier otro temblor como éste. En el PSOE en cambio enseguida se han aprendido la lección, la misma de siempre, la misma que han recitado de memoria otras célebres ocasiones: se cambian las personas, se cambian los nombres pero nadie se atreve a tocar ni uno solo de sus fundamentos. De cambiar ideas ni se hable, oiga, caca, ni tocar, con las ideas no se juega no vaya a ser que se den cuenta de que no hay otras. En el PSOE llevan ya varias derrotas y todavía no se han dado cuenta de que ya no estamos en el siglo XIX, de que Pablo Iglesias, el impresor, está enterrado y de que ese dontancredismo les llevó de la catástrofe zapateril a la gloriosa derrota de hoy.
¿Quieren que les diga lo que me preocupa de verdad? Estoy espantado de que cada vez más niños recurren al teléfono contra el maltrato, que cada vez más padres mayores son maltratados por sus hijos y que cada día haya más niños en peligro de malnutrición. Que andemos dándole vueltas a PODEMOS mientras estos datos nos traen al pairo es preocupante, muy preocupante. La sociedad está enferma, estamos enfermos y no nos damos cuenta de que lo primero para curarse es reconocer los síntomas y ponerse en tratamiento. Si desconocemos nuestros males no hay manera de salir adelante. Tenía pensado para esta noche empezar a preocuparme por los resultados del domingo pasado pero no lo voy a hacer, tengo otras preocupaciones
No hay comentarios:
Publicar un comentario