Tengo un buen amigo con un
próspero negocio en el centro de la capital, solemos quedar a primera hora de
la mañana para tomar un cafelito y despotricar contra el sistema, o sea contra
todo, porque a estas alturas todo, hasta los adoquines de la calle y el café
con churros forman parte del sistema. El caso es que lo tengo preocupado porque
ese nuevo partido de éxito instantáneo como del chocolate a la taza propone que
le suban los impuestos y que tenga que comerse con patatas a los malos
empleados. Su preocupación es mayor que cuando nos suben el café con leche.
Mientras le echo azúcar a los
churros le explico que humildemente me parece más preocupante la torpeza del PP
o la del PSOE. A estos chicos nuevos se les reconduce cuando quieran los
actuales enemigos del PSOE, las televisiones que los han encumbrado. Aunque
saber que a esas televisiones las maneja Botín no es un consuelo.
Preocupante de verdad me parece
la actitud pasiva del PP, para quien no parece haber pasado nada, para quien la
vida sigue igual, como en las canciones de Julio Iglesias. Que hayan abandonado
a sus votantes habituales, su discurso tradicional ha conllevado la pérdida de
votantes y el ascenso de la competencia. ¿Y les da igual? ¿Se felicitan de los
actuales resultados? Oiga, que ustedes están para resolver papeletas como la de
Cataluña y el País Vasco, ¿qué están haciendo al respecto? …Ya veo.
En el PSOE en cambio se han
puesto a desmantelar a todo trapo el pasado. Hay que cambiarlo todo para que
nadie cambie. Para que nadie cambie. Porque el debate surgido es de nombres, de
egos, no de ideas ni de propuestas. Por cierto, puestos a cambiar podían
cambiar el pasado y borrar la etapa de Zapatero, que no vio la crisis y así
estamos, que se alió con los nacionalistas y así estamos.
Para mi aterrorizado amigo lo que
está pasando es clara responsabilidad de partidos de legendaria incapacidad, de
políticos obtusos que debaten del machismo de Arias Cañete en vez de hablarnos
de sus cuentas en Suiza. O de los políticos que se dedican a la política, ciclo
tras ciclo, en vez de trabajar. Eso sí es preocupante. Estando de acuerdo con
él, se me antoja difícil que quienes tienen autoridad dejen que crezca una Cuba
o una nueva Venezuela en el seno de Europa. Digo yo que esa masa de españoles
que han invadido Lisboa dejándose dos o tres mil euros tampoco serán muy
partidarios del comunismo… Mi amigo debería preocuparse por otros motivos.
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