Con la primavera vuelven como solían los turistas. Según se
nos anuncia hemos vuelto a batir el récord y hasta mayo nos han llegado casi
veintiún millones y medio de señores dispuestos a llenarse de alcohol barato,
sol gratis y sexo tirado. Somos el estercolero de Europa y no damos para más. Y
a los tontos de lo políticamente correcto que quieren que diga “veintiún
millones y medio de señores y señoras” les pregunto si también tendría que
decir turistas y turistos.
¿Para qué estudiar si lo que se necesitan son camareros? ¿Para
qué las carreras universitarias, para qué las diversas escuelas profesionales
si sólo se trata de producir, acarrear a su destino y vender ingentes
cantidades de cerveza para que revienten pálidos vikingos? No damos para más,
cierran fábricas y llegan turistas a tumbarse en la playa a mediodía, a beber
por la tarde y a follar por la noche.
Cerramos líneas de investigación, no tenemos ninguna
universidad de importancia, carecemos de relevancia, esto es lo que nos queda
en un país de tercera. A lo peor sí nos representan, esos futbolistas que se
vuelven en estos momentos de Brasil, esos políticos rechazados por el mismo
pueblo que los vota. A lo peor son típicos ejemplos de lo que somos, de cómo somos,
la España que antes era de alpargata y pandereta y hoy es de “Salvados”, “Gran
Hermano” y “Supervivientes”. Sexo y playa, es todo lo que nos queda, es lo que
somos.
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