Conste que la opinión que en poco
tiempo ha creado Pedro Sánchez en mí es favorable. Hombre, todavía no como para
votarle, pero sólo con la distancia que marca respecto a infeliz de León ya es
para darle tiempo a la esperanza. Que después su segundo, el secretario de
organización del PSOE, César Luena, haya
sido por primera vez claro y contundente respecto al asunto catalán me animaba
a creer.
No, claro, ya digo que todavía no
como para votarle, que detrás está el PSOE, ese partido que en coalición con el
PP nos ha llevado a la ruina, al descrédito, ese partido que no cumple sus
promesas, ese partido que no limpia a sus corruptos, ese partido de la
demagogia, de los discursos ambivalentes según en qué región los pronuncie, ese
partido que cree que solo potenciando a Cataluña por encima de los demás tienen
solución los problemas de España...
Pero estaba en que Pedro Sánchez
es aire fresco, es rejuvenecimiento y es esperanza. En ello estábamos cuando
leo y oigo que ha llamado en directo a Jose Javier, ese personaje que se caga
en el periodismo cada vez que abre la boca, ese personaje marrano que hace de
la televisión un medio de comunicación rechazable, ese personaje que obnubila a
la España más chabacana, retrógrada y analfabeta, para pedirle que no deje de votarle.
Y eso porque a cuenta del Toro de la Vega, esa fiesta (¿fiesta?) bárbara y
troglodita, el tal amago de periodista amenazó con no volver a votar al PSOE.
Y si un político que quiere ser
serio, dirigir España y ser respetado ve "Sálvame", o acepta que le
hagan verlo, y llama para intervenir y dirigirse a la nación (¿somos todavía
una nación?) a través de semejante infecto programa deja automáticamente de ser
serio y respetable. Hay barreras que no deben ser traspasadas sin que te
impregnen de su inmundicia. Uno puede ir a determinados países a luchar contra
el ébola pero no para hacer turismo.
Participar en un programa de
marujeo griteril, de alabanza de lo chabacano, de elogio de lo vulgar y
ordinario, participar en un programa que estimula cuanto de zafio, rastrero y
sanchopancesco hay en el ser humano te puede convertir en zafio, rastrero y
sanchopancesco, es una barrera, ya digo, que no se debe traspasar.
Así que mi vecina, la Maripuri,
muy selecta ella, ha decidido que en defensa de la educación, de las buenas
formas y de la tranquilidad de ánimo nunca más va a votar al PSOE. y que espera
que Pedro Sánchez la llame ipso facto… pero digo yo que si ni siquiera ha
llamado a su propio compañero de partido, el alcalde de Tordesillas, estando
amenazado como está….
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