No logro saber si fue antes la prensa o la noticia. Originalmente debió
haber alguna noticia para que alguien la difundiera después, pero tengo dudas: ¿Fueron
antes las niñas de Alcacer o fue antes la prensa amarilla? ¿Fue antes la caída de
un niño a un pozo o fue la prensa amarilla?
A determinada prensa le interesa solo vender noticias, las que sean, como
sea. Tan escandalosas como puedan. A determinada prensa, 23 años escribiendo en
varios medios y el sentido común me ayudan a no generalizar. Lo que se ha
estado haciendo en los peores medios españoles mientras se intenta el rescate
de Julen y lo que se va a hacer a continuación es un espectáculo lamentable. Y
la prensa tiene que informar y opinar, no tiene que dar espectáculo. Y nunca
ser lamentable.
Nos hemos vuelto una sociedad repugnante, muy repugnante. La España que
conquistó la literatura o la pintura mundiales, la España que es campeona mundial
en donación de órganos es también una España iletrada irresponsable e
infantilmente ingenua cuando se trata de dejarse manipular por la sensiblería
más ñoña, extravagante y cursi, una España que explota la lágrima fácil, de
casquería industrial, de infantiles espectadores llevados por las televisiones
más ramplonas a explorar asquerosamente, profunda y repetidamente, detalles
grotescos de los sentimientos íntimos de las personas más cercanas a la
tragedia.
Porque nos gustan las tragedias más que el pirulí. La sangre, las vísceras.
La casquería de barrio. Nos gusta que
nos hurguen en las entrañas, en las vísceras, que nos exploten nuestra vulgaridad
y nuestra zafiedad en los informativos, espacios que deberían ser lo más noble
de una televisión. Nos gustan las escenas repugnantes, los comentarios plañideros
que remuevan nuestra sensibilidad más torpe, nos gustan las lágrimas, nos gusta
que profundicen en las miserias del ánimo de las personas que sufren, quizá
para paliar nuestras miserias morales, educativas, culturales.
No sé si fueron antes las niñas de Alcacer o la miseria de la televisión;
no sé si fue antes la caída de Julen o la amoralidad de los informativos; no sé
si fue antes la burrez popular o la incitación de las televisiones, de algunas
televisiones, a comer excrementos humanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario