El
gobierno nos anuncia una subida de impuestos. Otra. Empezando por el
del gasoil, soy uno de los millones de españoles a los que la propaganda
y el apoyo gubernamental llevó a comprar un coche diésel, a partir de
hoy los impuestos va a ser más caros. En realidad el gobierno no ha
presentado los nuevos presupuestos, el gobierno ha presentado los nuevos
impuestos.
Pagar
impuestos es una forma de hacer justicia y redistribuir la riqueza.
Debería ser. Así que si me suben los impuestos a mí y mis convecinos
debería ser para subir la inversión del Estado en mi calle, en mi
pueblo, en mi ciudad. En mí y en mis convecinos. Para redistribuir la
riqueza. Ya, ya, no es así.
Pero
si Pedro Sánchez me sube los impuestos, a mí, a mis compañeros de
trabajo, a mis vecinos, a mis familiares y amigos, es para invertirlos
en Cataluña. Como Franco con la SEAT. A Cataluña. No es para ponerme los
trenes que me faltan en Castilla. No es para traer las industrias que
faltan en Castilla. No es para frenar la despoblación (¿Saben ustedes
cuántos pueblos de 50 habitantes -sin médico, sin escuelas, sin correo,
sin comercio, sin industria, sin niños- hay en Castilla?
No
son impuestos para mejorar España, no son impuestos que yo pago y van a
repercutir en mí, mis vecinos o mi tierra. No son impuestos pagados por
mí y los míos para enriquecer a la tierra más rica y mimada por los
gobiernos españoles desde inicio del siglo XX. Son impuestos que pago yo
para enriquecer a los más ricos, para sostener la inversión española en
quienes están gobernados por quienes no quieren ser españoles, me
insultan y me desprecian. También a Pedro Sánchez.
Son
impuestos que pago para mantener a los que en otro tiempo se llevaron
las fábricas de paños de Castilla y hoy se llevan las fábricas de
galletas. Las pocas fábricas que en esta tierra han sido. Y se llevaron y
se siguen llevando a los hombres. Solo a los jóvenes, a los productivos
, a los que crean riqueza y pagan impuestos allí. Me obligan a pagar
impuestos para sufragar las vidas de quienes compiten injustamente
conmigo, mis vecinos y mis familiares y nos están arruinando.
Despoblando, envejeciendo, desindustrializando. Abandonando.
¿Recuerdan
ustedes que este proceso de independencia empezó cuando la Generalitat
pidió al gobierno de todos (¿De todos?) un tratamiento fiscal ventajoso,
semejante al del País Vasco? Una injusticia, recorran ustedes los
límites de Álava con Burgos, por ejemplo, y luego los de Burgos con
Álava. Comparen luego.
¿Dónde
están la justicia social y el equilibrio interterritorial cuando los
más pobres, abandonados y desindustrializados tienen que mantener los
privilegios de los señoritos?
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