Palencia es una emoción:

13 septiembre 2007

Cuatro suspensos, demagogia venezolana de Zapatero.

Personalmente creo que el PSOE lleva suficiente ventaja al PP para no tener que hacer este gasto en electoralismo ramplón a medio año de las elecciones. No sólo los votantes les perdonan todos los errores que hubieran podido cometer, disponiéndose a olvidar episodios tan “sugerentes” como el cuestionamiento de España como nación o la pertinaz disposición de Zapatero a negociar con ETA, incluso con muertos por el medio, sino que el PP va sembrando de dudas su paso hacia las elecciones. Al torpe e ineficaz liderazgo de Rajoy le han salido multitud de sarpullidos a lo largo del verano que contradictoriamente impactan más en la memoria de los votantes. Allá Aznar, que le nombró “digitalmente”.

Sin embargo en el PSOE no deben andar muy seguros de cómo van las cosas, lo que da para sospechar, llegando a extremos risibles de demagogia a la venezolana como en el caso de los pisos de Chaves. En esta cómica subasta de votos, a ver quién ofrece más, envolverse a última hora en la bandera de España es algo que rechina después de lo que llevamos vivido y de los ataques al PP por idéntico motivo. Pero no debe resultar suficiente y en el Gobierno se han lanzado en plancha a ganar votantes como sea, aún con la limitada y discretísima oposición del ministro Solbes. Resulta que Zapatero, que iba a aprender economía en unas cuantas tardes, Jordi Sevilla dixit, se permite el lujo de contradecir a su máximo gurú económico. A este paso en el próximo gobierno de Zapatero no habrá ministros, él lo presidirá y se quedará todas las competencias de todos los ministerios, él no necesita a nadie, se basta solito.

Bien vienen determinados alardes demagógicos, creo yo, si las capas sociales más desfavorecidas salen ganado, pongamos que se trata de incluir en la Seguridad Social algunos tratamientos odontológicos. Uno, que de político tiene bien poco, se preguntaba en su juventud por qué la Seguridad Social no corría con los gastos de determinados aspectos esenciales de este problema. Algo básico para la salud individual, que estaba olvidado y que era un vivero de votos. ¿Solución? Algunas autonomías, Castilla y León por ejemplo, ya lo están ofreciendo a sus ciudadanos sin tantas alharacas ni tanto anuncio mediático.

Pero la parte más lamentable de esta política indigna de compra de votos, ojo, no se me olvida que siempre ha sido así, con todos los gobiernos, aunque éste está batiendo récords, es la de permitir que los alumnos de bachillerato no repitan curso con cuatro asignaturas suspensas. Estamos inmersos en políticas de premio a la vagancia, de falta de estímulo al esfuerzo, de facilitar que generaciones de jóvenes salgan a la vida laboral y social sin cultura suficiente y sin que nadie les haya hablado del esfuerzo como arma de superación. Sé que esto conviene a los gobiernos, que disponen así de una masa estúpida, iletrada y bien dispuesta para ser mansa y dócilmente dirigida desde el poder.

A los gobiernos les conviene, pero ¿y a la sociedad? Producimos jóvenes hedonistas, que jamás se han esforzado, cuyos suspensos subvencionamos con viajes a Malta para aprender inglés emborrachándose en las discotecas, y que obtienen al final el mismo premio que los que se han pasado el curso machacándose en la mesa de estudio.

Bueno, a lo peor hasta les sale bien, toda sociedad necesita obreros y peones que lleven a cabo las tareas más pesadas que proponen las castas dirigentes.....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero las asignaturas suspensas si se repiten. A fin de cuentas es lo que ocurre en la Universidad, solo se repiten las asignaturas suspensas. El sistema no es malo, y además es más barato que repetir todo el curso.

Y no es demagogia, porque los niños no votan...

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