Palencia es una emoción:

03 septiembre 2007

Que viva (este) Zapatero.

Gracias a los bombazos de hace casi cuatro años Zapatero se encontró con la presidencia del Gobierno cuando no buscaba más que algo de experiencia para presentarse con algún bagaje a las elecciones del próximo marzo. ¿La culpa? De Aznar, claro, por meterse en el berenjenal de Irak sin el consentimiento de su pueblo. Nadie se esperaba esa victoria porque nadie se esperaba que Al Qaeda interviniera en la votación. De esa situación inesperada vienen la eterna crisis en que estamos desde aquella ocasión.

Zapatero ha sobrevivido cuatro años en el Gobierno de España trampeando mayorías con las coaliciones que le ofrecían claros enemigos de la misma existencia de España, como ERC. A nuestro presidente no le importaba con quien tuviera que asociarse con tal de estar en el macho del poder. Básicamente sigue siendo así, a pesar de que en Navarra las precauciones electorales hagan creer lo contrario. Por eso, por esos amigotes que se ha echado Zapa y por la dirección “confederalizante” que está tomando su gobierno, surge el partido de Rosa Díez; por eso los socialistas navarros se preguntan por qué otros sí pueden negociar y pactar con todo el mundo y ellos no. Cría cuervos y te saldrán socialistas navarros, oye.

Conste que a mí esto de la confederación no me terminaría de parecer mal si me lo hubieran preguntado y si supusiera un motivo de mayor igualdad entre los ciudadanos. Lamentablemente este partido zapateril (¡diz que socialista!) está consiguiendo las mayores cotas de desigualdad entre españoles: Por un lado los afortunados que viven en las regiones con partidos nacionalistas fuertes; en otro nivel, siempre un escalón más abajo, discriminados, apesadumbrados, sometidos y casi desaparecidos (emigración, envejecimiento), los demás ciudadanos, tal que los habitantes de una Castilla dividida en varias regiones autónomas (por qué, por qué, por qué) que ni pinchan ni cortan en esta España que la ignora.

Pero sin embargo el socialismo imperante no busca el equilibrio regional de España ni nadie nos ha preguntado si queremos otra España. La España que está construyendo Zapatero está lejos de ser la España más justa, equilibrada y social que pudiera desearse. Por el contrario es la España que desean sus socios nacionalistas. Toma socialismo.

Ojalá todos los días pasara Zapatero por Rodiezmo, ojalá todos los días comenzara el llamado “curso” político. Ojalá Zapatero se limitara a ejercer de buen y eficaz socialista, ojalá todos los días nos anunciara que las pensiones más bajas van a subir, ojalá la gestión socialista se distinguiera por conseguir que los permisos de paternidad fueran más y más prolongados. Ojalá que Zapatero y sus ministros socialistas se empeñen en lograr más empleo estable, en la lucha contra la siniestralidad laboral y en el aumento de la productividad. Este Zapatero sí, este Zapatero que busca una España mejor, más justa y equilibrada, también. El Zapatero que prima a las regiones más ricas, a las más desarrolladas, a las más pobladas, a las de los partidos nacionalistas más fuertes y egoístas no es un socialista, es un interesado oportunista que hace cualquier cosa por mantenerse en el poder.

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