Palencia es una emoción:

01 octubre 2010

El sudor de los mineros

El sudor de los mineros fecundó la montaña palentina y parió, pancarta ambulante del dolor humano, la marcha negra sobre la capital, negro dedo acusador de la injusticia social. Bajan los mineros como los vientos fríos, barriendo las tierras de norte a sur, levantando gestos de solidaridad por los pueblos de Campos.

Se nota que es otoño porque anteayer grandes nubarrones, pesados y oscuros se estacionaron sobre Palencia, tronando y asustando al trémulo viandante. Grandes ruidos y alborotos anunciaban la furia de los dioses sindicales y a su paso los comercios cerraban raudos puertas y persianas, quizá temiendo los efectos de sus rayos fustigadores. Los tenderos, recelosos de que las "informaciones" sindicales arruinasen sus escaparates o de que un rayo flamígero sellase su puerta, echaban presurosos el cierre.

Hay tormenta general en toda España y Palencia no iba a ser la excepción del mapa temorológico español. La temorología es la ciencia que estudia la relación entre el miedo general y la falta de libertad individual partido por la ausencia de fuerzas del orden. Hay miedo a quedarse sin la cosecha comercial de la temporada de otoño-invierno, que quien siembra tempestades sindicales recoge rebajas forzosas antes de tiempo.

Antidemocrática es la solución sindical para sumar los que no han podido y los que no han querido ir a trabajar. Y eso que en la escuela nos enseñaban que no se pueden sumar cantidades heterogéneas. Tan heterogéneas, evidentemente.

Miedo es la antítesis de libertad que facilita sumar los que hacen huelga y los que no consiguen llegar al tajo; dictadura es lo opuesto a Libertad, que es la posibilidad de poder escoger. Pero si el comerciante quiere escoger libremente le pueden caer chuzos de punta sobre el escaparate, y borrar el paso de la otoñal tormenta le saldría más caro que lo que pierde por no trabajar. Si los pequeños negocios, los autónomos en general, han sido una de las víctimas de la crisis no iban a serlo también de la jornada anticrisis. ¡A cerrar porque no hay suficientes hombres del tiempo con una porra en la mano que enchironen a los nubarrones perturbadores!

Ni a mineros impagados, ni albañiles sin obra que llevarse a la paleta, ni jóvenes en espera de trabajo, ni viejos de cincuenta años, víctimas de algún ERE, les sirve ahora una huelga que tenía que haber derramado sus lluvias dos años antes, tiempo perdido en socialistas subvenciones dilapidadoras del bienestar público.
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Prosaica Despedida: No sólo la huelga debería haberse realizado dos años antes, sino que a nadie se nos escapa que estos sindicatos han sido fiadores y garantes de la falta de responsabilidad de un gobierno que si bien no es culpable de la crisis económica mundial, rechazó intencionada y culpablemente su existencia, la negó una y mil veces y cuando no tuvo más remedio que rendirse a la evidencia la mindundeó inmisericordemente, entreteniéndose en estúpidos espejismos, viendo brotes verdes donde no había otra cosa que el más árido desierto. Dura será la travesía. Nuestra travesía.

NB: No he podido incluir esta postdata en la edición de papel de mi periódico por falta de espacio, pero no me podía quedar con ella entre pecho y espalda. Aménjesús. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una amiga me dijo.....los mineros han salido a la calle manipulados por los empresarios.....estos viven de las subvenciones y dejan de pagarles para que protesten y vuelvan a darselas....¡¡¡¡que razón tenía!!!! subvenciones al carbón hasta el 2014.
No me gusta ser un títere, me siento así, manipulada, engañada, estafada y arruinada. La huelga no nos ha aportado nada, miseria, miseria y miseria.

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