No critico al gobierno que estemos cayendo, y de qué manera, en una crisis económica. Quizá la economía mundial esté ya tan entrelazada que ni el PSOE sea culpable, totalmente, de lo que se nos viene encima ni el PP fuera culpable, totalmente, digo, de los años de abundancia que acabamos de pasar. La economía el último parado del último pueblo de España no deja de estar relacionada con la cosa esa tan extraña de las sub-prime americanas, que si su economía funciona mal todos los demás terminamos por ir de cráneo no mucho tiempo después. La libertad de acción e intervención de los gobiernos es limitada.
No, no critico a Zapa porque aumenten los parados; no le critico porque no haya dinero para su ley estrella, la Ley de Dependencia; no le critico que a muchos españoles, fundamentalmente trabajadores, no les llegue el dinero a fin de mes. No critico que un partido socialista no pueda desarrollar política social porque nos hayamos quedado sin dinero; no critico, no fundamentalmente al menos, que los problemas acogoten a los más débiles de la sociedad, a los parias de la Tierra, precisamente con el PSOE en el gobierno.
Lo que critico, lo que me duele porque es ofensivo, lo que es indignante, es que todo esto se intentara disimular abiertamente pese a los múltiples avisos generalizados de instituciones económicas neutrales, y que ello fuera así por estar sumidos en una etapa preelectoral. Aparte del tiempo perdido sin tomar medidas decisivas pero que hubieran supuesto un contundente reconocimiento de la realidad, me ofende que a una mayoría de españoles, quizá los más indefensos ante la publicidad institucional, gubernamental o simplemente socialista, se les manipulara tratando de escamotear la realidad, que ha terminado por imponerse bien cruelmente, para predeterminar su voto, manipulando indignamente la papeleta electoral de cada español y con ello el resultado electoral.
Ésta es una actitud innoble, impropia de una izquierda democrática, limpia y con altura de miras, es actitud adjudicable a quien mira con tacañería su propio interés, olvidándose interesada y culpablemente del interés general. Es la misma mísera y rastrera actitud del torpe disimulo inmoderado del PP cuando las bombas de Atocha.
Me pregunto si, míseros y rastreros todos en mayor o menor medida, no serán los mismos perros con diferentes collares.
No, no critico a Zapa porque aumenten los parados; no le critico porque no haya dinero para su ley estrella, la Ley de Dependencia; no le critico que a muchos españoles, fundamentalmente trabajadores, no les llegue el dinero a fin de mes. No critico que un partido socialista no pueda desarrollar política social porque nos hayamos quedado sin dinero; no critico, no fundamentalmente al menos, que los problemas acogoten a los más débiles de la sociedad, a los parias de la Tierra, precisamente con el PSOE en el gobierno.
Lo que critico, lo que me duele porque es ofensivo, lo que es indignante, es que todo esto se intentara disimular abiertamente pese a los múltiples avisos generalizados de instituciones económicas neutrales, y que ello fuera así por estar sumidos en una etapa preelectoral. Aparte del tiempo perdido sin tomar medidas decisivas pero que hubieran supuesto un contundente reconocimiento de la realidad, me ofende que a una mayoría de españoles, quizá los más indefensos ante la publicidad institucional, gubernamental o simplemente socialista, se les manipulara tratando de escamotear la realidad, que ha terminado por imponerse bien cruelmente, para predeterminar su voto, manipulando indignamente la papeleta electoral de cada español y con ello el resultado electoral.
Ésta es una actitud innoble, impropia de una izquierda democrática, limpia y con altura de miras, es actitud adjudicable a quien mira con tacañería su propio interés, olvidándose interesada y culpablemente del interés general. Es la misma mísera y rastrera actitud del torpe disimulo inmoderado del PP cuando las bombas de Atocha.
Me pregunto si, míseros y rastreros todos en mayor o menor medida, no serán los mismos perros con diferentes collares.
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