Pido perdón a los lectores habituales pero hoy voy a escribir de eso que llaman fútbol. El fútbol fue mi pasión durante años, ¡la de partidos de regional y tercera que he visto yo al equipo de mi pueblo! Los años no pasan en vano y ahora dedico mi tiempo libre a otros menesteres, pero no por ello dejo de seguir, aún relativamente, al Real Madrid y a la selección, una de las pocas cosas que al fin y a la postre nos une a todos, una de las pocas cosas que nos quedan a las que podemos llamar “nacional”. Y el Realmadrid, así, todo seguido. Aún recuerdo al bobalicón que me dijo “pero si ya no te puedes acordar, si eras un niño cuando el Madrid ganó la última copa de Europa” y ese año, catapún, la volvió a ganar. Bobo.
El Madrid que ganó aquel partido al Barcelona gracias a un penalty fuera del área que pitó Guruceta no puede quejarse de los árbitros. Cierto que han pasado muchos años y también el Barcelona ha sido injustamente ayudado en otras ocasiones. Las cosas no han cambiado, tanto el Real Madrid como el Barcelona siempre han contado con el favor de los árbitros, al fin y al cabo correr en ayuda del poderoso siempre ha sido algo muy humano. No sé si es el dinero o son los despachos y la influencia pero ambos equipos salen cada año con unos cuantos puntos de ventaja sobre los demás, es algo que todos conocemos y aceptamos. Y algo injusto.
El Real Madrid y Mijatovic deben dejar de quejarse y ponerse a trabajar. Quejarse de los árbitros es impropio de los grandes equipos, sólo los espíritus derrotados y derrotistas acuden a semejante excusa. La grandeza de espíritu que debe tener el Real Madrid obliga a estar por encima de esas cosas infantiles. Tener mucho dinero no garantiza la victoria, aunque es cierto que ayuda bastante, si aún así sus chicos no ganan siempre es porque no son tan superiores a los demás. “Fútbol es fútbol” y se trata de esforzarse más y mejor que los demás. Todos tienen dos piernas y conocen el reglamento, que por cierto es el mismo para todos, aunque los árbitros lo apliquen de manera diferente si juega el Real Madrid o el Barcelona.
El Madrid que ganó aquel partido al Barcelona gracias a un penalty fuera del área que pitó Guruceta no puede quejarse de los árbitros. Cierto que han pasado muchos años y también el Barcelona ha sido injustamente ayudado en otras ocasiones. Las cosas no han cambiado, tanto el Real Madrid como el Barcelona siempre han contado con el favor de los árbitros, al fin y al cabo correr en ayuda del poderoso siempre ha sido algo muy humano. No sé si es el dinero o son los despachos y la influencia pero ambos equipos salen cada año con unos cuantos puntos de ventaja sobre los demás, es algo que todos conocemos y aceptamos. Y algo injusto.
El Real Madrid y Mijatovic deben dejar de quejarse y ponerse a trabajar. Quejarse de los árbitros es impropio de los grandes equipos, sólo los espíritus derrotados y derrotistas acuden a semejante excusa. La grandeza de espíritu que debe tener el Real Madrid obliga a estar por encima de esas cosas infantiles. Tener mucho dinero no garantiza la victoria, aunque es cierto que ayuda bastante, si aún así sus chicos no ganan siempre es porque no son tan superiores a los demás. “Fútbol es fútbol” y se trata de esforzarse más y mejor que los demás. Todos tienen dos piernas y conocen el reglamento, que por cierto es el mismo para todos, aunque los árbitros lo apliquen de manera diferente si juega el Real Madrid o el Barcelona.
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