Algún día los humanos del futuro
se abochornarán de que los bancos hayan perdonado a los partidos millones de
euros mientras reclaman unos pocos miles a pobres ciudadanos indefensos, como
nosotros hoy nos extrañamos de que la esclavitud haya sido legal hasta ayer por
la noche. Que hoy nadie proteste contra la condonación de deudas a los
poderosos sólo se comprende si se compara con el silencio que rodeaba el tema de
la esclavitud en los lugares donde la mano de obra barata era imprescindible…
mientras lo fue. Que hoy nadie proteste contra la condonación de deudas a PP,
PSOE y demás patulea (¿se acuerdan de la operación “reformista”?) sólo se
comprende en una sociedad adocenada, amordazada, embrutecida y deshumanizada.
Dentro de unos siglos la
humanidad se sonrojará con nosotros por soportar seis millones de parados, de
momento, como hoy nos avergonzamos del trabajo forzado al que miles de negros
(sí, negros, utilicemos las palabras justa y crudamente) fueron sometidos
durante siglos, fundamentalmente en las dos Américas.
Dentro de unos siglos la
humanidad se avergonzará de nosotros, como nos avergonzamos ahora del trabajo
infantil, por haber admitido en silencio el emponzoñamiento de la sociedad a
través de la corrupción, del tráfico de influencias, del trabajo sumergido o de
las facturas sin IVA; que el Gran Capital, socio de partidos de derechas y de
izquierdas, inspirador de los medios de comunicación, se haya hecho dueño de
las vidas y destinos de los seres humanos actuales, contratándoles y
despidiéndoles sin ton ni son, por el puro placer de demostrar quién manda
aquí. Ah, y por sacar unos millones de ganancia al año.
Dentro de unos siglos la
humanidad se avergonzará de nosotros, como nos avergonzamos ahora de las jornadas
laborales de doce horas cuando la industrialización mundial, por haber consentido
que después de toda una vida de trabajo algunos hombres mueran sin las posesiones
más imprescindibles para una vida digna, mientras los Bárcenas de todos los
partidos -de todos, y ustedes son libres de poner en su lugar el apellido que
quieran, tanto monta- …mientras Bárcenas de todos los partidos consiguen en
unos años más de lo que pudieran gastar en vidas infinitas. Llegará el día en
que la humanidad se avergonzará de nosotros, de nuestras cuitas, de que
salgamos a la calle a manifestarnos, de que no salgamos, de que protestemos y
de que nos callemos; en definitiva la futura humanidad se indignará de nuestra
incapacidad, de nuestras limitaciones y de nuestra borreguez.
Si antes no hemos perecido, si
antes no hemos perdido la capacidad de pensar, si antes no hemos perdido la
libertad de raciocinio.
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