Que no lo he dicho yo, sino que
lo ha dicho alguien del PP, como es evidente. Cosas del sectarismo, de la
parcialidad y de defender el carné cueste lo que cueste. Cueste a quien cueste.
Pero esta “jóvena” pepera tiene toda la razón. Todos los jóvenes del PSOE y de
IU no son más que una panda de borregos mansos, que siguen sin rechistar la voz
de sus mayores. Sin rechistar, sin analizar y sin criticar. Salvo muy honrosas
excepciones que hace muy pocas semanas salieron a la prensa. Borregos de
jóvenes y borregos cuando de mayores llegan a algún cargo, “pillan cacho” y se
vuelven locos si es necesario para conservar las prebendas.
Y antes de que los lectores de izquierdas
me inflen a pedradas déjenme decir que pienso en general lo mismo de todos los
militantes de los partidos grandes, incluido como no puede ser de otra forma
los del PP. Lamentablemente los grandes partidos, dominados por la eterna
aspiración al poder, controlados por la rígida cadena de mando revestida de
democracia interna, poco han cambiado desde que Alfonso Guerra dijera en
aquellos años de la transición que el que se movía no salía en la foto.
Y en esas estamos, que por la
disciplina de partido hemos tenido como jefe de gobierno a un tonto de León al
que ni los suyos querían, que no sería presidente de su comunidad de vecinos si
no fuera porque Pasqual Maragall vio en él a un tonto útil moldeable y manejable
para sus propósitos. Y extorsionable. Sólo la disciplina de partido permitió
que consejos de hombres más válidos como Almunia y Fernández Ordóñez cayeran en
saco roto arrojándonos en este pozo sin fondo de crisis y sometimiento a
Alemania.
De Aznar no puede decirse que no
fuese querido por su partido… pero sí que lo dominaba de arriba abajo sin
contemplaciones. Y que pobre del iluso que quisiera hacerle frente. Nadie de su
partido salió al paso del compromiso bélico en el que nos metió sin
preguntarnos. Y ello sabiendo todos los militantes que el pueblo español
no quería el apoyo a una guerra torpe, torticera, disparatada y basada en
hechos falsos, como el tiempo se ha encargado de demostrar. Nadie salió a
sonrojar a Aznar, faltaría más, por tamaña fechoría, cosas de la disciplina de
partido. De la disciplina de partidos grandes, al menos.
No sé cómo funcionan por dentro
los partidos, jamás he militado en ninguno, pero este fin de semana he conocido
a militantes de un pequeño partido, con los que he charlado en la calle, que
han venido a Valladolid desde Cuenca o Madrid sólo a repartir propaganda a los
peatones. Me han dado envidia por su fe en su causa, por su entrega, por su
generosidad y por muchas otras razones. Quizá también por mi comodidad.
Ninguno de los que conocí aspira
a despacho con muebles de caoba, a chófer ni a secretaria. Nadie pretende
repartir las licencias de obra de su municipio, son sólo militantes de una idea
que se recorren media España en su utilitario sólo con el fin de repartir unas
hojas volantes y hacerse presentes en la calle. Ignoro cómo vivirán la
disciplina de partido. Pero desde luego, borregos no son.
2 comentarios:
Desde hace tiempo le tengo en mis"favoritos" y no dejo de leerle porque coincido con usted al 99%.
De ese 1% quiero decirle unos comentarios escuetos. Ustedes que tienen esa posibilidad de disponer de conocimientos y medios para que los que no los poseemos disfrutemos leyéndoles, deberían juntarse para intentar encontrar como se podría solucionar que nosotros los borregos (no tengo más remedio que incluirme en ellos por haber estado militando en el PCF en Francia y en el PCE desde la cuna hasta los 50 años.Tengo ahora 75) cuando subimos al Poder no nos desmadremos. Creo que se debe sobretodo a Lénin el "invento" de lo que son los Partidos hoy, que tan nefastas consecuencias seguimos viviendo. ¿Porque no buscamos, no otro como ese, pero algo que nos auna, para seguir siendo honestos con nosotros mismos y con los demás? Humildemente somos muchos los que buscamos no al Mesías sino al Hombre Nuevo. Gracias. Jossé Castro Navarro
Gracias, amigo Castro, por sus amables palabras. Viene bien de vez en cuando que le elogien a uno, aunque no demasiado, para no acostumbrarse.
El caso es que la indignación con la actuación de los políticos parece correr sólo de un lado de las opciones ideológicas y eso... eso sería dejar en manos de unos pocos la contestación a las barbaridades que se están cometiendo.
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Por otra parte pido a todos los lectores un poco de paciencia: sé que estoy escribiendo menos frecuentemente de lo que algunos me reclaman, pero... seguro que en unos días pasarán las circunstanciuas actuales y volveré a ponerme al ordenador con la mente fresca. Gracias a todos
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