Que hayan cesado al directivo de la Marca España por decir "catalanes de mierda" es lo menos que le ha podido pasar. En el gobierno han sido caritativos con él, claro que si alguien necesita caridad es el propio gobierno.
Una vez me presentaron a una niñita que procedía de un pequeño pueblo de nombre impronunciable, en mitad de la conversación y queriendo hacer una gracieta le pregunté si sabía decirme cómo se llamaban los de su pueblo. "¿Todos?" me repreguntó. Eso es lo que les pasa a tantos adultos locos como andan sueltos, que confunden las almendras con las almorranas.
Conozco un catalán de dos metros veintidós centímetros, fuerte como un menhir y calvo como una bola de billar, pero no tengo ninguna razón para suponer que el resto de catalanes sean como él, ni física, ni moral ni intelectualmente. Entre seis millones y pico de catalanes habrá de todo, imposible aprenderse el nombre de cada uno, no conviene hacer estúpidas generalizaciones. Hay catalanes estúpidos, hijos de mala madre y catalanes que son grandísimas personas, generosos, altruistas y muy inteligentes. Pero no todos son necesariamente una cosa o la otra, hay más alternativas. Con los de Venta de Baños pasa lo mismo.
A Juan Carlos Gafo, nombre del pobrecico causante de este dislate, convendría colgarle de su neurona hasta que le llegase al suelo desde lo alto del Tibidabo, por lo menos. No sólo ha contribuido al desgaste de la empresa para la que trabaja, sino también al del prestigio de España, si es que todavía le quedaba por caer después de tanto sobre, tanto ERE falso y tanto mangante con apellido de magnate.
Con su actitud ha hecho el caldo gordo a los separatistas, cada vez más numerosos por culpa de gentes como él, al confundir a los catalanistas con los catalanes. Cabe suponer que lo que él pretendía era devolver la ofensa que hacían unos cuantos independentistas que pitaban mema e irrespetuosamente el himno de España, cuyos argumentos son fáciles de rebatir por otra parte. En el mejor o peor de los casos, depende del punto de vista, hay tantos independentistas catalanes como no independentistas, y en este blog hay generosas muestras de ambas posiciones. Meterlos a todos en el mismo saco sólo lleva a favorecer sus intereses, confundiendo Cataluña con catalanismo y catalanes con catalanistas. Payaso.
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