Como muchos de ustedes sabrán, el
ayuntamiento de Madrid está realizando pruebas a aspirantes a músicos
callejeros… para dejarles ser músicos callejeros. Que para tocar en la calle
tengas que someterte a un examen es una memez más de la sociedad que cada vez
exige más a sus miembros a cambio de proporcionarles menos educación, menos
sanidad o menos recursos sociales en general. Es propio de una sociedad infecta
en la que los poderosos manejan sobres de dinero encubierto o disfrutan
pantagruélicas mariscadas en nombre de los obreros despedidos.
Aún recuerdo que fue con un
gobierno de Felipe González cuando se amplió por primera vez el número de años
de cotización a la seguridad social para calcular el cobro de las pensiones. Y
desde entonces hasta ahora hemos seguido mejorando. Aún recuerdo las huelgas
que los maestros les montaron a los socialistas hace más de veinte años y que perdieron
los maestros. O cómo diversos gobiernos socialistas congelaban pensiones o
sueldos de funcionarios… pero nada de esto parece importar ante los
acontecimientos de la sociedad actual…
Recortes en todos los servicios
públicos jalonan el gobierno de Rajoy. Enfermos, estudiantes, impedidos,
obreros, pequeños empresarios, funcionarios, pensionistas estamos pagando el
pato de la actual crisis económica, moral y social de España mientras los
grandes y poderosos salen de rositas de sus aprietos… la sociedad está harta,
saturada y la rebelión viene sólo de radicales y perroflautas. ¿No hay más
alternativas? Hasta para tocar en la calle necesitas permiso y mediante un examen
debes demostrar cualidades que otros no tengan, otros a los que tu éxito apartará
del permiso imprescindible.
Una pareja de músicos pijoprogres
ha realizado el examen y ha grabado a escondidas su propia actuación en la que
con la ironía y la mala leche que su situación cabe imaginar agradecían a la
alcaldesa que les dejara hacer “una prueba para tocar en la puta calle”. Es
fácil suponer el éxito que supone su video… Tienen toda la razón, la sociedad
involuciona, los más débiles siguen debilitándose, los más poderosos siguen
aumentando su poder. Es tan injusto y doloroso como real.
Pero se les olvida una cosa, la
izquierda no es ajena sino corresponsable. La izquierda también reprimió,
recortó, congeló y eliminó derechos, basta acudir a la hemeroteca. Pero claro,
eso no queda bonito para una sociedad maniquea. La culpa es de la alcaldesa, no
de los que le prepararon el terreno ignorando descuidadamente la crisis o
gastando lo que no teníamos, empeñándonos por generaciones. La culpa es de esta
derecha, por lo demás nada de derechas pero obcecada, mema y entregada al
capitalismo de sobre; la izquierda es arcangélica, oigausté.
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