Hace tiempo asumí que los nacionalistas se saldrán con la
suya y que el aburrimiento mortal y la insistencia hastiosa son parte de su
estrategia. Cierto que cuentan con la izquierda complaciente del “Aprobaré lo
que salga del Parlamento catalán” y con la estúpida inacción rajoyana a la
espera de que el temporal pase.
Se ha visto en el PSC la colaboración de cierta izquierda
majadera que jamás será nacionalista española (¡Oiiig, facha yo, jamás!) pero
acepta ser nacionalista de cualquier otra parte. También en una IU nacionalista en cualquier
lugar salvo en Castilla. Recientemente una alta dirigente socialista se
fotografió con la senyera mientras decía que su bandera no era la española sino
la de la solidaridad. Majadera.
Al tiempo que la derecha inactiva del PP ha pasado a ser una
fuerza inoperante y residual en Cataluña, ha dejado que el catalanismo tomase
iniciativa. La propaganda del catalanismo antiespañol no ha encontrado réplica
social, el separatismo ha alcanzado todas las capas sin que nadie le presentara
batalla dialéctica. La ausencia de apoyos propagandísticos de España ha sido
palmaria.
Para buena parte de los catalanes España es una ofensa. Ni
siquiera una oferta económica lo puede solucionar ha dicho Artur Mas. Luego hay
un precio: se nos va a proponer una nueva Constitución que ofrecerá a Cataluña
ventajas económicas y legales que añadir a las que ya tiene, entre ellas un
concierto económico asimilable al vasco. He ahí la madre del conflicto: Los más
ricos, aquellos que más poder económico y político tienen, los más
industrializados y desarrollados de España… siguen demandando más y más bajo la
amenaza de la independencia.
Ha sido así desde que se aprobó esta constitución; si existen autonomías de “dos velocidades”
fue para contentar a los nacionalistas, si tienen mayor importancia económica y
política que otras autonomías es porque las leyes lo facilitan… ¿y de qué ha
servido hasta ahora? ¿Alguna vez se han visto satisfechos? Todo cuanto han solicitado se les ha concedido: ¿Nos
acordamos de Pujol “cobrando” por las leyes que se modificaban? Y no lo hacía
en dinero, pecata minuta, sino introduciendo en esas leyes las modificaciones
legales que convenían a sus intereses. Van a premiar su deslealtad y
conseguirán que usted lo apoye con su voto. De la tarta común se van a desviar
más fondos –¿a quién le tocará
pagarlos?- para "compensar" a Cataluña por permanecer en España. ¿Nos
interesa?
1 comentario:
Claro que un sistema de privilegios, equiparable al de los Austrias en el siglo XVII, con territorios beneficiados y otros (fundamentalmente los castellanos) esquimaldos sin piedad no nos interesa. Ni entonces, ni ahora, ni nunca. Ya sabemos como acabó Castilla en el XVII. Empobrecida, descapitalizada, zaherida, arruinada, despoblada. En esas circunstancias, la separación de Cataluña es un mal menor.
Por cierto, la apreciación de que Izquierda Unida es una fuerza nacionalista en cualquier lugar del estado español excepto en Castilla es una verdad tan evidente como descorazonadora.
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