Se desenmascaran ellos solos,
tienen el eterno complejo de creerse de derechas. De que los se creen de derechas,
vade retro, Satanás. El PSOE ha acertado siempre cuando en vez de hablar del PP
habla de “la derecha”. “¿De derechas, yo? Jamás, válgame la Macarena”. En España hemos acabado tan hasta la
coronilla del franquismo que aquí no hay quien se identifique con la derecha…,
bueno, ahora ha surgido VOX como respuesta a esos complejos peperos.
Dice Arias Cañete que si hubiera
vencido intelectualmente a Elena Valenciano le habrían llamado machista. “¿Machista,
yo? Jamás, válgame la Macarena”. En el PP tienen miedo de representar en España
el papel que otros partidos representan en la civilizada Francia, en la culta
Italia, en la avanzada Holanda.
El PP tiene miedo de caer en las
acusaciones habituales del PSOE, la derecha, la caverna, el capital… El PP tiene
miedo del ADN que había en Fraga, del ADN que lleva en las venas procedente de
la antigua Alianza Popular, le horroriza reconocerse en el espejo deformado que
le enseña Rubalcaba en cada debate, en cada mitin. Se está negando a
representar un papel legítimo y democrático que existe en toda Europa.
Las acusaciones del PSOE han
hecho mella en el PP, llueve sobre mojado, y le echan sal sobre sus propias
llagas; llegará un punto en que el PP, el que lleva la misma política económica
que Zapatero, se convierta en un partido progresista, llegará un momento en que
en el PP acusen de machista a quien deje pasar delante a una señora, se impone
la estúpida política de lo políticamente correcto. Retrógrados, cavernarios,
atrasados… La agresividad verbal del PSOE topa siempre con los complejos
populares. Todito te lo consiento menos que me llames de derechas, Alfredo.
Los complejos del PP han aflorado
en Cañete que tiene miedo de ganar a Elena Valenciano, dice que fue benévolo
para que no le llamaran machista. ¿Qué le llamarán si gana las elecciones?
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