Van a repatriar a los españoles infectados por el virus del
ébola. Curas. Bueno, religiosos. Católicos, claro. Y los payasos de costumbre
vuelven a montarla en las redes sociales, es el peligro de seguir a cualquiera.
O de seguir a uno que sigue a cualquiera: te lo retuitean. Te enteras de lo que
no quieres, hasta de las excrecencias mentales seudo filosófica de uno que
dicen que tiene cabeza porque le ven que se peina. No importa que sean
altruistas, generosos, sacrificados, héroes, no importa que hayan entregado sus
vidas a evitar el hambre, el sufrimiento, la muerte, la ignorancia. No, no
importa, sólo son curas.
El caso es que siempre oyes a los que más vocean y los que
más vocean no suelen ser los más inteligentes, los inteligentes usan otros
métodos. Protestan porque repatrían a unos religiosos. Católicos, claro, es el
problema. Nadie protesta cuando la Guardia Civil rescata a cuatrocientos
montañeros, la mayoría de ellos inútiles, inexpertos que se perderían en el
parque de su calle, nadie protesta cuando se repatría a un periodista que ha
quedado aislado en un conflicto al que ha ido voluntariamente a ganar dinero. Y
a trabajar y a servir. Pero voluntariamente y ganando dinero.
Ah, pero un cura es distinto, un cura es un esbirro de la Iglesia,
para algunos que quieren ser progres hasta para mear. Los hay que en vez de
utilizar la inteligencia para avanzar usan el sectarismo. Y así sólo se
retrocede.
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