Hace ya años que no veo ninguna
televisión española, si exceptuamos algunos informativos y muy pocas
retrasmisiones deportivas. Se ha convertido en un elemento disturbador de la
claridad de mente. Llena de vulgaridades, zafiedades y obscenidades hace ya
mucho que la borré de mis preferencias. Veo
tele sí, pero he preferido rascarme el bolsillo todos los meses para
tener donde escoger. Y no escojo producto español, qué pena, oiga.
Porque la capacidad de escoger es
lo que podría esperarse en un país en el que hay veinte o treinta televisiones,
en el que la izquierda tiene sus emisoras y la derecha tiene las suyas. Pero
esa capacidad se pierde cuando todas emiten la misma basura, la misma roña y
los mismos detritos. Sí, claro, todavía puedo pasar la velada viendo dibujos
animados de Disney. Ya.
Hombre, todavía queda internet y la
capacidad de lectura, la prensa, las opiniones, la actualidad. Leo en el blogde Javier Fumero que Antena 3 ha estrenado un programa en el que mostró a
Melendi y a los presentadores, Manel Fuentes y Arturo Valls, crucificados. Y
ése era el motivo para hacer unas gracias, echar unas risas y ganar audiencia.
Ésa es la madre de todos los corderos televisivos, hay que ganar audiencia…
¿Antena 3 es la tele de la derecha española? La derecha española siempre tan
acomplejada, señor Lara, siempre con miedo de parecer de derechas… Le doy
vueltas a la cabeza, me pregunto por qué la televisión no se atreve a hacer chistes
de gangosos o de maricas pero sí se atreve a bromear con momentos fundamentales
del cristianismo. Los cristianos hemos sustituido a los gangosos de aquellos
chistes tan casposos de Arévalo.
Según Javier Fumero a la misma
hora en Telecinco andaban debatiendo sobre el tamaño del pito de alguien, no sé
de quién aunque lo he leído, que la amplísima fauna nacional es cada día que
pasa más salvaje en el peor sentido que puedan ustedes encontrar a la palabra.
La alternativa del señor Lara sigue siendo más civilizada, como la derecha
española, temerosa de romper un plato, temerosa de defender sus presupuestos
ideológicos no vaya a ser que le llamen facha. Si el señor Lara quiere seguir
haciendo dinero con sus televisiones puede probar a hacer unas burlas sobre el
maltrato a las mujeres, sobre el acoso escolar… o sobre Mahoma. ¿A que no hay
narices?
Y claro, muchos lectores tienen
derecho a pensar que soy un ultra, un facha o una rata de sacristía. No, no soy
un ultra, pero no he perdido la capacidad de asombrarme ante las
contradicciones de un país tan civilizado como para impedir que se haga burla
de dos señores que van de la mano por la calle, pero no le importa que se
burlen de las creencias religiosas de unos cuantos millones de españoles.
Simplemente algunos españoles me
producen verdadero repugnancia; ya televisivamente soy extranjero, quisiera
serlo también políticamente para no ser paisano de Rodrigo Rato, Blesa o los
sindicalistas andaluces de los eres. O del propietario de Antena 3. Se aceptan
sugerencias de países que puedan acoger mi exilio voluntario. No, proclamar la
independencia de Venta de Baños no me vale.
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