Palencia es una emoción:

29 julio 2007

Ibarreche, Ibarreche, qué mala leche


A veces los presidentes de Gobierno no buscan el bien de sus administrados por encima de todo. Desde luego no lo suelen buscar por encima de la propia ideología. Qué será lo que tiene el negro... lo que tiene la ideología que todo lo contamina.

El caso más recurrido suele ser el de los extremistas nacionalistas, aunque todas las ideologías tienen su propia gilipollez, como la del socialista catalán que echó la culpa del megaapagón de Barcelona a “Madrid”, a los que se resistieron a “catalanizar” la energía eléctrica española (ya lo está la gasística, dentro de poco habrá que pedir permiso al molt honorable para encender el mechero, el ventilador, arrancar el coche o poder pedalear en bici) o a uno que pasaba por ahí..., cualquiera menos los políticos administradores de Barcelona, socialistas en el Ayuntamiento y en la Generalidad, qué casualidad.

Pero gilipollez por gilipollez es Ibarreche, qué mala leche, el que ha dicho una de las mayores del verano. Y eso que yo tenía de candidato a este estúpido honor veraniego a un vecino de toalla en la playa de Llanes, que con barba de tres días, uñas mordidas hasta los codos, callos en todos los dedos de las manos y las chanclas llenas de cemento viejo, presumía ante dos chavalas de veinte años de haber comprado con sólo dos órdenes telefónicas “una de las mayores empresas europeas de tubos catódicos. Un pelotazo, tías”. Sin comentarios.

Pues ya digo que la de Ibarreche es mayor. Es mayor porque es ideológica, claro, y porque con ella pone en peligro a sus administrados. Resulta que Ibarreche, recuerdo que este rey de la ironía y del absurdo tuvo a un asesino etarra en la Comisión de Derechos Humanos, se opone radicalmente a que la Unidad Militar de Emergencias del Ejército Español pueda intervenir en situaciones catastróficas en el País Vasco. Para Ibarreche, qué mala leche, esto es una inadmisible intervención del ejército español en la vida del País Vasco. ¿Quizá si le quitamos la palabra “español”?

Mientras tanto el nuevo presidente de la Diputación de Álava ha mandado retirar todas las banderas españolas del interior del palacio provincial lo que sin duda ayudará enormemente al progreso social, económico y democrático de sus ciudadanos.

El equipo contrario se lanza en tromba sobre nuestra portería y Zapatero, de portero.

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