La actual guerra de Irak, provocada artificialmente por Estados Unidos, es uno de los mayores errores del mundo moderno. Basada en mentiras crueles, engaños y dolorosas falsedades fue una burla al mundo entero. Injusta y feroz, ha colaborado a la actual situación de tensión, inestabilidad e intranquilidad mundiales. Incluso ha proporcionado excusas a los criminales asesinos de Al Qaeda, que necesitan justificar como sea su actual locura.
Visto que en el país no había armas de destrucción masiva quedó demostrado que las razones argüidas eran una gran patraña que sólo buscaba beneficios espurios; comprobado igualmente que el régimen de Sadam Hussein nada tenía que ver con Al Qaeda quedó expuesto ante los ojos de todo el mundo que las razones de la invasión eran sólo razones criminales, injustas y egoístas.
Ningún beneficio ha sacado de ello la pobre población local, sacudida todos los días por terribles bombas mortíferas que en Europa harían caer gobiernos. Han pasado los años y la situación lejos de estabilizarse sólo anuncia más muerte, más dolor y más lágrimas para los aterrorizados iraquíes.
Aquel cruel error de Aznar trajo la derrota del PP, sobre el que el pueblo arrojó la culpa política en la votación de ahora hace cuatro años. El pueblo soberano desalojó del poder a quienes habían originado, apoyado y defendido incluso con su voto aquella invasión, señalándoles como responsables políticos de los males de España. El fiel de la balanza electoral se inclinó, y ya van dos veces, ocho años, en contra del Partido Popular. ¿Cómo puede Aznar lavarse las manos y no sentirse responsable de las dos derrotas de Rajoy? ¿Cómo puede Aznar desentenderse de la desastrosa, para él indudablemente, situación de España en manos del zapaterismo?
Porque Aznar sigue manifestándose orgulloso de la foto de las Azores, de la que se acaban de cumplir cinco años, aquella reunión donde se tomó la decisión de invadir y tomar por la fuerza de las armas el país que duerme sobre un inmenso pozo de petróleo. Ante la BBC, que acaba de entrevistarle, Aznar se ha reafirmado en todas sus decisiones de aquel momento: “Yo actuaría de la misma forma. Es un momento personalmente difícil para mí, pero mi convicción, mi conciencia, mi mente, es clara. Tomamos la decisión adecuada”.
¿Cómo es posible tanta inflexibilidad, tanta insensibilidad? ¿Qué artilugio intelectual usa Aznar para seguir en sus trece, considerando que el mundo está equivocado y que sólo él tiene razón, qué piruetas mentales usa para seguir sin reconocer el error de las armas de destrucción masiva? ¿Dónde encuentra él los beneficios para la sociedad, la española, la iraquí, la mundial, de tan grave fechoría política? Estamos ante el segundo de los misterios más insondables del siglo XXI.
El primero es la razón por la cual todavía varios millones de españoles le añoran como líder.
2 comentarios:
Tu post, amigo Pedro es francamente antológico. Sí señor. Aquello fue una encerrona en la que nuestro Presidente, en aras de salir en aquella foto nos metió a todos de mala manera. Creo que en mi vida nunca he vivido unas manifestaciones como aquellas del NO A LA GUERRA, y espero no volverlas a vivir. Lo triste es que no sirvieran para nada. Y en cuanto a "perder" las elecciones, aún recuerdo una entrevista que le hicieron al Sr. Aznar a los pocos días de aquellas elecciones, en la que el locutor le preguntaba algo sobre sus pensamientos después de perderlas y nuestro "amigo", con uan desfachatez increíble, y todo serio, le reconvino por la pregunta, diciéndole que él no había perdido las elecciones; que él no se había presentado... Y lo que ya no sé cómo calificarlo es que, a estas alturas, después de que oficialmente se haya reconocido que los motivos que en su momento se esgrimieron para tomar aquella decisión eran falsos, aún siga emperrado en mantenerlo como algo justo y lógico. Sinceramente penoso. Aunque a estas alturas todos sabemos lo que la opinión pública piensa al respecto, me parece increíble que no haya habido no ya una muestra de arrepentimiento, sino ni siquiera un reconocimiento del error. Lamentable y penoso, la verdad.
Gracias, Juan Manuel, por tu comentario. No todo el mundo piensa lo mismo que tú, no veas la que se ha montado en este post mío de Periodista Digital... hasta se han reñido los lectores.
Gracias de nuevo.
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