Palencia es una emoción:

10 noviembre 2006

QUE NO NOS LA TOQUEN (Y nos la están tocando)

Enseguida se ve cuando un político español es demócrata de verdad o simplemente ejerce de ello porque no tiene más remedio. A algunos, en cuantito empiezas a rascar en la superficie, les descubres que si hubiesen tenido la oportunidad habrían ingresado en el escalafón político del Régimen (franquista, evidentemente) con tal de hacer carrera y progresar en la vida. Les da igual ocho que ochenta, el caso es defender su carrera.
Cuando a un político le pones enfrente de una sentencia judicial que no le gusta suele notársele mucho. Los hay que disimulan su mala leche, fuerzan una sonrisa de circunstancias y exclaman: “Estamos en pleno desacuerdo pero la acatamos”. Lo que suele pasar es que al cerrarse micrófonos y cámaras dan rienda suelta a lo que llevan en su interior y de él salen actitudes y palabras poco repoducibles . No lo vemos, claro, pero lo sabemos. Bueno, pues contra lo que pueda parecer ésos son los buenos políticos, los que saben aguantarse y disimular. Y aceptan, aunque sea a regañadientes, las sentencias judiciales.
En los momentos presentes hay muchos políticos españoles que se han dejado el disfraz de demócratas en el armario y salen a la calle a pelo, dejando ver públicamente sus imperfecciones y exhibiendo sus limitaciones. Les hay que no se cortan un pelo y en cualquier declaración oficial se olvidan de que una de las bases de la Democracia es la separación de poderes, algo que los que ya tenemos unos añitos experimentamos con el franquismo, y piden clara y públicamente que la justicia se someta a los vaivenes de la política. Oiga, ¿y eso cómo se llama en Democracia?
Declaraciones de este tipo hemos oído ya muchas en los últimos meses sin que al parecer nadie se escandalice, nadie toque la alarma general y sus partidos sigan confiando en ellos. ¿Cómo es posible que un político demócrata, de un partido demócrata, critique la primera norma de la Democracia y no pase nada? Bueno, no sólo siguen confiando en ellos, la realidad es que les apoyan plena y contundentemente a pesar de semejantes dislates.
¿Qué cabe esperar de supuestos demócratas de toda la vida (hombre, ya bastante definidos quedan cuando se llenan la boca calificando de fascistas a los rivales que no piensan como ellos, pero no importa, déjenme preguntar sólo por preguntar) que, teniendo obligaciones de gobierno en una de las regiones autónomas más prósperas, industrializadas y vitalistas, se permiten presionar a los jueces retirándoles la casa que durante decenas de años les venía prestando? Precisamente en este momento, político, que no puede ser, ni aunque alguien se empeñara en ser excesivamente ingenuo, purita casualidad.
Si ya ridículo pero comprensible es que un estalinista como Arnaldo Otegui reclame a Zapatero que los jueces no encarcelen a un asesino en serie como De Juana (¿Qué sabrá el animalico de democracia y sus reglas?), lo que ya sólo cabe en libros de ciencia ficción es que reconocidos miembros del PSOE, de esos de una trayectoria intachablemente demócrata, se supone, pidan que los jueces adapten sus sentencias al momento político. Y quieren hacernos creer que son demócratas, oiga usté.
Por si algún lector nuevo llega a estas páginas le pido que ni se precipite ni saque conclusiones antes de tiempo, pues este columnista siempre ha mantenido, y en este blog permanece escrito, que Zapatero tenía y sigue teniendo todo el derecho a intentar lo que está intentando con ETA y que mientras se mantengan las condiciones que apoyaron las Cortes debe seguir en la labor. Eso sí, la regla básica de toda Democracia que no me la toquen.

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