Todos vamos a perder las próximas elecciones. Todos menos los nacionalistas. De la actual situación de práctico empate los nacionalistas catalanes, más probablemente que los nacionalistas vascos, van a sacar todito lo que les de la gana. Eso partiendo de que el resultado sea una victoria clara de cualquiera de los dos grandes partidos. No les digo cómo se harán valer los nacionalistas si no sólo pudieran negociar con un partido, si los resultados facilitaran que ambos, PP y PSOE, pudieran gobernar mediante pactos con los nacionalistas. ¿Se imaginan qué subasta?
Pues en ésas estamos, que si cada vez que hay elecciones estos hombres (y mujeres, para los políticamente muy correctos) ya sacan lo que quieren del gobierno ¿de todos? en esta ocasión se pueden poner las botas. No sólo ponen y quitan presidentes del Gobierno, sino deciden políticas económicas y determinan dónde se ha de invertir con el dinero de todos. De todos, digo.
Pues si la realidad una vez abiertas las urnas se aproxima a lo que dicen algunos sondeos resultará que podrá gobernar el que más oferte a los nacionalistas. Y la puja subirá mientras Rajoy o Zapatero consideren que los españoles pueden aguantar sin quejarse para que gobiernen ellos. La pregunta será “¿Alguien da más?”. Y el que más deposite en el bolsillo de ER, PNV o CiU será el nuevo presidente del gobierno. Estamos en sus manos, llore usté.
Necesitamos un tercer partido de alcance nacional que sustituya en los posibles pactos a los partidos nacionalistas. Alguien que piense en todos los votantes, no sólo en los de su rincón. “Ciudadanos” y UPD pretenden emplazarse en ese fiel de la balanza que les facilite pactar con unos y con otros. Pero los primeros arrastran el peso de sus errores y divisiones apenas alcanzaron mínimas, muy mínimas, cuotas de poder. Cuando un partido con propuestas y posturas esencialmente diferentes a los demás comete tan graves errores el lastre les inutiliza durante mucho tiempo para un futuro decisorio. Que es lo que pretenden.
Unión, Progreso y Democracia huyó de ellos precisamente por estos motivos. Quizá debieron pensar que con amigos como ésos no necesitaban enemigos… y enemigos les iban a sobrar por todas partes. Pero esta división entre partidos que comparten métodos y objetivos no puede ser buena para ninguno de ellos. Rosa Díez está presentando la novedad de la campaña, dirigiéndose a pie de calle a los transeúntes, sin intermediarios, sin barreras, directamente desde la acera, sin grandes teatros ni plazas de toros cuyos aforos llenar. La falta de dinero agudiza el ingenio. Sin embargo sus posibilidades de triunfo sin el poyo del capital bancario son mínimas, muy posiblemente no llegarán a una presencia ni testimonial y volveremos donde estábamos.
Pues en ésas estamos, que si cada vez que hay elecciones estos hombres (y mujeres, para los políticamente muy correctos) ya sacan lo que quieren del gobierno ¿de todos? en esta ocasión se pueden poner las botas. No sólo ponen y quitan presidentes del Gobierno, sino deciden políticas económicas y determinan dónde se ha de invertir con el dinero de todos. De todos, digo.
Pues si la realidad una vez abiertas las urnas se aproxima a lo que dicen algunos sondeos resultará que podrá gobernar el que más oferte a los nacionalistas. Y la puja subirá mientras Rajoy o Zapatero consideren que los españoles pueden aguantar sin quejarse para que gobiernen ellos. La pregunta será “¿Alguien da más?”. Y el que más deposite en el bolsillo de ER, PNV o CiU será el nuevo presidente del gobierno. Estamos en sus manos, llore usté.
Necesitamos un tercer partido de alcance nacional que sustituya en los posibles pactos a los partidos nacionalistas. Alguien que piense en todos los votantes, no sólo en los de su rincón. “Ciudadanos” y UPD pretenden emplazarse en ese fiel de la balanza que les facilite pactar con unos y con otros. Pero los primeros arrastran el peso de sus errores y divisiones apenas alcanzaron mínimas, muy mínimas, cuotas de poder. Cuando un partido con propuestas y posturas esencialmente diferentes a los demás comete tan graves errores el lastre les inutiliza durante mucho tiempo para un futuro decisorio. Que es lo que pretenden.
Unión, Progreso y Democracia huyó de ellos precisamente por estos motivos. Quizá debieron pensar que con amigos como ésos no necesitaban enemigos… y enemigos les iban a sobrar por todas partes. Pero esta división entre partidos que comparten métodos y objetivos no puede ser buena para ninguno de ellos. Rosa Díez está presentando la novedad de la campaña, dirigiéndose a pie de calle a los transeúntes, sin intermediarios, sin barreras, directamente desde la acera, sin grandes teatros ni plazas de toros cuyos aforos llenar. La falta de dinero agudiza el ingenio. Sin embargo sus posibilidades de triunfo sin el poyo del capital bancario son mínimas, muy posiblemente no llegarán a una presencia ni testimonial y volveremos donde estábamos.
La pregunta que surge es si Ciudadanos y UPD perdurarán tras estas elecciones o serán una opción fugaz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario