Palencia es una emoción:

23 junio 2008

¿Y si se rompe el PP?

Todos parecen de acuerdo en que el congreso del PP se ha cerrado de manera positiva para Rajoy y por ende para el propio partido, nadie parece dar importancia a los críticos y a ese margen de votos que no ha querido refrendar a Rajoy como presidente y candidato al Gobierno. Al contrario, para muchos comentaristas ésa es la marca del zorro, la prueba de calidad irrefutable de una convención cuyo mayor error hubiera sido una votación a la búlgara.

La pregunta es si al mantener a Rajoy, un personaje gris, sin carisma ni conexión social, no se acaba de cometer un gran error que, salvo otro mayor de Zapatero, arrojará de nuevo el gobierno de dentro de cuatro años en manos del PSOE.

Uno de los varios problemas del PP (Aznarismo en los poros, franquismo no expresamente rechazado, líder sin chicha ni limoná, etc.) es ser parte de la continuación de UCD y mantener en su interior tendencias diversas que en otros países de nuestro entorno (qué frase más manida) dan lugar a varios partidos. Como ya hemos visto es difícil la convivencia entre ellas y de momento sólo se mantiene por la disciplina de partido. A María San Gil le han ofrecido la presidencia de un minúsculo partido de derechas que sin duda rechazará. Esperanza Aguirre se considera el verso suelto que antes era Gallardón y con ella está buena parte del PP madrileño. Hay además otras heridas abiertas con nombre y apellidos que todos conocemos y se han dejado oír antes del congreso.

Llegará el día en que ambas tendencias tiendan a enfrentarse incluso durante el propio congreso, a diferencia de lo que acaba de ocurrir ahora en Valencia. Tal vez algún día, una de las dos corrientes del PP, la que sea menos respaldada, se niegue a aceptar la situación, salte la disciplina de partido y vuelva a reproducirse parte de la historia de UCD. Sea cual sea, de ellas será una corriente fuerte, organizada y previsiblemente con más votos que muchos de los partidos que ahora mismo están en la Cámara de los Diputados. Las dos Españas machadianas no están sólo entre PP y PSOE, sino dentro del propio partido conservador, y la derrota, hablo en términos náuticos, lleva al enfrentamiento.

Quizá no falte demasiado tiempo para que en España se opere una revolución partidaria como la italiana y los tradicionales partidos sean sustituidos por otros más multitudinarios, diversos y que representen mejor la cambiante sociedad española que la actual máquina burocrática de los grandes partidos actuales, en realidad grandes empresas especializadas en producción de votos. A ello puede contribuir también el partido de Rosa Díez, que ha creado tantas expectativas en la sociedad. De momento el gran dique de la disciplina de partido, el que se mueva no sale en la foto, contiene las aguas de la rebelión en un partido dentro del que hay franquistas, gentes de derechas sin complejos, moderados, centristas, vistos par algunos de los anteriores como peligrosos izquierdistas, y eso tan etéreo que se autodenomina “liberales”.

Y ahora viene el congreso de los otros, también nos divertiremos
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