Palencia es una emoción:

24 junio 2008

Zapatero tiene muchas cosas buenas

Zapatero tiene muchas cosas buenas, por eso millones de españoles le han votado. Y eso que la mayoría de esos votantes no han tenido en cuenta una razón más para darle su voto: Zapatero es un maestro del Lenguaje, un mago de la semántica, redescubridor del neolenguaje que ya el gran Georges Orwell descubrió en “1984”, su gran novela-predíctor.

Qué quieren que les diga, los que amamos el lenguaje castellano sentimos una predilección especial por Zapa, sus neologismos terminarán por ser brillantes a fuerza de practicarlos con frecuencia; sus frases son más retorcidas que una columna salomónica y más alambicadas e indescifrables que uno de esos manuales “mónteselo usté mismo” que parecen traducidos al castellano por un japonés tartamudo con “mono” de sake. Zapatero terminará por convertirse en un experto semántico y su neolenguaje será un día elevado a los altares de la Real academia de la Lengua. ¿No ha ocurrido ya con el lenguaje cheli? Pues al tiempo.

Que dice que no hay crisis. Que su verborrea no acepta la palabra “paro”, seguramente es cosa de su optimismo antropológico. Sépanlo ustedes, no hay aumento del paro sino simplemente es que “no podemos absorber todas las demandas de empleo”. ¿No es maravilloso su dominio de la expresividad verbal? Por favor, que alguien presente su candidatura a la Real Academia, a ser posible al sillón Z. Mayúscula, por supuesto.

No hay crisis, faltaría más, pero ha dicho que la oferta de empleo público será un 30% menor en 2009 que durante el presente año. No hay crisis pero empieza a congelar los sueldos de los altos cargos (como Espe Aguirre, que cuando lo dijo me produjo ganas de darle una limosna a la pobrecilla). Todo, cualquier esfuerzo, cualquier retorcimiento del idioma, antes que pronunciar la maldita palabra que va a presidir sus próximos años de mandato: Crisis.

Quiera el dios Felipe que no lleguemos a ese otro eufemismo llamado “crecimiento cero”, quieran los apóstoles laicos de Público y la Sexta, ahora que han sido expulsados a bastonazos del paraíso zapateril los santos mártires de Prisa, que jamás lleguemos a ese terrible momento en que ya no sean posibles más perífrasis, más ambigüedades, más circunloquios, más rodeos y giros lingüísticos y por fin tengan que hablar en román paladino y decir: “Crisis, coño, crisis”. Quiéranlo los beatos meapilas de la religión zapaterina, porque ese malhadado día será el llanto y el crujir de dientes en la corte celestial del socialismo, ese día reirán todos los que de momento se contienen ante sus hercúleos esfuerzos por enmascarar la realidad, por pintarrajear de azul plastidecor un cielo cargado de nubarrones de tormenta como los que en este momento amenazan a la ciudad desde la que escribo.

Abajo Cervantes, abajo Lope, Góngora, Machado, Alberti. Desalojemos sus peanas cual los franceses en 1808, sustituyámoslos por Bibiana Aido, Carmen Romero y, ay dolor, por Zapa, supremos hacedores de esta jerga fastidiosa en se está convirtiendo el idioma de Berceo, de Per Abat y de Nebrija. Que desaparezca el barroco, fuera el clasicismo, eliminemos la generación del 98; glorifiquemos, ensalcemos, entronicemos a los nuevos social-lingüistas, introduzcamos bajo palio en el templo del Neolenguaje a estos generalotes del Agit-Pro.

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