Y ustedes perdonen por la brusquedad tan exaltada desde el inicio, pero es que me acabo de enterar por Periodista Digital que la televisión (da igual cual de todas, aunque es Antena 3, una tele diz que de derechas, jodé) ha entevistado al Rafita, condenado por el asesinato de Sandra Palo.
La televisión actual (no el invento en sí mismo, sino el uso que la mayoría hace de él) es el mayor pervertidor de la sociedad española, mecagüen la tele. No pido ni harto de buen vino de Rueda que todos los programas sean hermosos documentales sobre el Serengueti ese, ni esos peñazos inaguantable para ignorantes como yo que se monta Eduardo Punset, pero debe haber un punto medio, debe haber una línea roja que nadie debería pasar. Convertir en protagonistas sociales a animales inmundos, a desheredados de la tierra, a rechazados sociales, elevar sobre el pedestal del reconocimiento social televisivo a alimañas repugnantes debería estar penado con cadena perpetua.
¿Vamos a ver también algún día en máximo horario a los asesinos de Marta del Castillo? ¿Vamos a darles pedestales desde los que herir más a la sociedad y restregar en nuestra cara sus hechos? Si el pueblo no se revuelve, adocenado, acobardado, arrinconado y pasota, es que está herido de muerte.
Si alguna vez estuvo vivo, si no tiene horchata en las venas sociales, si tiene sentimientos y un corazón en el que alojarlos.
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