Palencia es una emoción:

19 julio 2010

Maldita sea, la vacaciones otra vez


A mí lo que me molesta de las vacaciones es que sean obligatorias; No, no me quejo de dejar de trabajar, olvidarme de los problemas y relajarme; no, no, bienvenidas sean. Lo que no soporto es tener que salir de vacaciones.

Habría que condenar a quien las inventó; probablemente Manuel Fraga, el inventor del turismo español debería pasar una buena temporada en el purgatorio de las ideas. Pero si donde mejor se está es en casa, sin necesidad de salir a ninguna parte. En mi casa no necesito esas largas sesiones de “Oye, cariño, ¿y el vestido negro también nos cabe? Claro que entonces no puedo meter el traje de mi cumpleaños”.

En casa tengo todo lo que necesito al alcance de la mano; no necesito más que levantarme al frigo y echar mano de ese jamón que dejamos ayer, de ese sangüich que iba a meterme cuando me quedé dormido, de ese vaso de buen vino que siempre está disponible. Y además el vecino de encima se ha marchado y he dejado de oír a todas horas el taconeo impune de su santa esposa (¿cómo aguanta la mujer todo el día con tacones?) y los lloros sempiternos de su horrorosa y desvergonzada hija. ¡Eso es paz!

En la panadería no tengo que esperar turno, el autobús para ir al centro llega vacío y las terrazas de mi ciudad son espaciosas, frescas y bien atendidas. No comprendo que alguien nos haya impuesto la necesidad de ir a Benidorm. Necesariamente a Benidorm. Bueno, o Lloret, Benalmádena o Calpe, pongamos. Qué empeño con la playa, con lo lejos que queda, con el tráfico que hay, con la caló que cae del firmamento, plomo derretido con disimulada maldad.

No hay mejor sitio pa ir de vacaciones que la propia casa, reconozco que nací con vocación de Rodríguez, esa figura urbana ya casi desaparecida con la supuesta equiparación de derechos femeninos. No me lo he planteado, pero habría que averiguar si Doña Bibiana, la ministra abortista, la ministra pija, la ministra que plantea como un avance que los padres pierdan la patria potestad sobre sus hijas de 16 años, tiene algo que ver con la desaparición de los Rodríguez como especie de fauna urbana. De ser así, de confirmarse mis sospechas, me hago anarquista de derechas, fundamentalista del machismo ibérico y formaré un grupo en Facebook contra ella. Bueno y otro contra Fraga, que no se me olvida.

Con lo bien que se está en casa, hombre. 

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