A los optimistas bien informados
nos llaman pesimistas, yo debo serlo porque doy por descontado que el nuevo
campo de golf saldrá adelante. El mismo campo de golf viciado de origen que fue
impulsado por la anterior mayoría municipal va a encontrar su desarrollo con
los nuevos gobernantes de la ciudad. Al final los intereses de unos y de otros
son los mismos, mire usté qué curiosa coincidencia. De intereses, insisto.
Soy asiduo visitante de ese
parque, a veces lo atravieso directamente, a veces recorro la senda peatonal
que lo bordea. Es un espacio amplio que podría completar una ciudad con muchos
y bonitos jardines, aunque demasiado pequeños y enclavados, a poco que el
ayuntamiento se lo propusiera. Sí, ahora mismo está abandonado, su aspecto no
es el mejor, el invierno y la dejadez ¿voluntariamente buscada? han hecho mella
en él. Recuperarlo es sólo cuestión de interés político, esta polémica no
existiría si faltasen unos meses para las próximas elecciones, los partidos
saben bien cuándo abordar y cuándo huir de determinadas polémicas.
Está en un lateral de la ciudad
pero en plena ciudad, integrado en ella por sus dos extremos. Convendría que el
buen juicio de nuestros dirigentes lo rescatara del decaimiento en que se
encuentra para ponerlo a disposición de los ciudadanos, de todos, no sólo de
unos pocos.
Sí, hay que devolverle la
lozanía, plantar grupos de árboles que ofrezcan sombra como ya ocurre en otros
de sus rincones, recuperar el césped perdido, aumentar las mesas y bancos de
madera existentes y rehabilitar los elementos deteriorados. Y entregarlo a la
ciudad. Sin esta recuperación y estas mejoras seguirá siendo un espacio
olvidado o lo que es ahora: un terreno de nadie.
Es fácil imaginarlo con
palentinos disfrutando del frescor del río, sentados con un libro o, déjenme
que me ponga ingenuo, paseando con un chocolate frío en las manos; me imagino a
novios o padres sentados por el césped, a niños presenciando una prueba
deportiva. O tal vez acudiendo sin más a una actuación al aire libre. Sí, ya sé
que la banda municipal de música suele actuar en el Salón, pero ¿a que hay más
bandas y más posibilidades?
Pónganse unas terrazas protegidas
con toldos veraniegos en las que se ofrezca el aludido chocolate y que
completen un entorno sereno junto a la ciudad. Y por la noche, póngannos una
peli antigua al aire libre, ya les digo que hoy me encuentro ingenuo, ustedes
perdonen si molesto. Será un parque para todos.
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