Palencia es una emoción:

25 septiembre 2014

El día en que abortó Ruiz Gallardón

Leo antes de irme a la cama que Ruiz Gallardón ha abortado su carrera política. El señor Gallardón es un político que hasta ahora pasaba por ser de lo más giliprogre del PP, tanto que para exteriorizar sus discrepancias se le había llamado "el verso suelto del PP". Como todo el mundo tiene derecho a rectificar y cambiar el rumbo de su vida resulta que Ruiz Gallardón pretendía acabar con esa infame ley del aborto heredada del tonto de León, esa ley que dejaba abortar libremente y sin necesidad de contar con sus padres a niñas que necesitaban permiso para ir de excursión, niñas a las que sus padres sí podían llamar la atención si llegaban tarde a casa. Según la infame ley zapateril sin embargo no podían hacerlo si abortaban. País.

Pero al PP no le salían las cuentas electorales, siempre he escrito que España es un país de izquierdas, y dadas las actuales circunstancias políticas, con la caída en votos de PP y PSOE, Rajoy se ha echado a temblar y ha visto abiertas las puertas del infierno electoral. Pues no, pues hala, que sigan abortando las crías que juegan a ser mujeres sin sentido de la responsabilidad...

Y con ello el PP ha desatendido una de sus promesas electorales, otra más. Esa es la cruz del PP, que pretende recoger en sus urnas los votos de toda España, la cruz del PP se apellida Arriola y pretende gustar a todos los españoles, piensen lo que piensen. Puede que cuando el PP se deshaga de Arriola se deshaga también de sus complejos y sepa servir a los españoles, al menos a "sus" españoles. Porque ser amigo de todos es imposible, incluso en la vida real a la que tan ajenos son los políticos tienes que escoger entre contentar a un cuñado o a otro, no se puede servir a Dios y al diablo porque entonces no eres chicha ni limoná.

Esa es desde hace tiempo la cruz del PP, su indefinición, su deseo de abarcar mucho, su tonta "arriolez" para contentar a todos, ese centrocuentismo que ha convertido España con la inestimable cooperación del PSOE y de las televisiones en el país de mayor número de borregos por metro cuadrado. Al PP pueden no írsele los votantes de centro izquierda, pero está dejando un hueco por la derecha que alguien se encargará, ya se está encargando, de cubrir. Quizá cuando entre en el Parlamento un partido de derechas empecemos a equipararnos a Francia, por ejemplo. Y no, no estoy hablando de los ultraderechistas lepenianos, ésos que para horror de la democracia pueden arrasar en mlas próximas elecciones.

Me voy a la cama, creo que soñaré con las hijas de Zapatero vestidas de princesas góticas. O con un partido de derechas al que no le asuste ser de derechas, reconocerlo y que se lo digan por la calle. Veremos si es un sueño dulce o una pesadilla. Pesadilla en Génova street.

Este artrículo se publica en mi blog con un día de retraso respecto a otros medios... El error es solo mío. Igualmente con un día de retraso se publicará el artículo de mañana viernes. Pido disculpas a los lectores

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