Maroto, senador kastellano

La debacle del PP tiene diversos orígenes, uno de ellos es haber pactado con el nacionalismo hasta el color de los gayumbos, por lo que surgió Ciudadanos. Otro es no saber defender a sus representados, no defender sus territorios fuertes, sus graneros de votos. Castilla y León, por ejemplo. Sí, siempre quedan los irreductibles, esos galos que resisten y resistirán el acoso de otras ideas, otras posibilidades de voto. Pero el PP ya no es lo que era.

Lo ha vuelto a hacer. Las Cortes de Castilla (bueno, y León) han de elegir a un representante propio como senador. Y el PP acaba de decidir que nos va a representar Javier Maroto. A Javier Maroto no lo han querido como representante sus propios votantes. Y va el PP y nos lo coloca a los castellanos. Quieras o no.

Javier Maroto, vasco de toda la vida, diputado vasco hasta que los vascos renunciaron al PP, de pronto se ha tenido que empadronar en Castilla. Ha elegido Segovia porque siempre le gustaron sus murallas. Podría haberse empadronado en Ávila si le hubiese gustado más el acueducto.

Al PP no le importaban los problemas de los ciudadanos, le importaba el problema de Maroto, de buenas a primeras sin trabajo, desocupado, inactivo, vacío de poder. Parado, como tantos millones de españoles. Había que colocarlo donde fuera, como fuera. Se le pone un paracaídas y se le lanza sobre Castilla, a ver dónde va a parar. ¿Qué problemas de Castilla (y León) conoce Maroto para poder defendernos, ayudarnos, para comprometerse con nosotros? ¿No había ni un solo afiliado de PP se Castilla (y León) preparado y apto para representarnos? ¿O lo que había que solucionar no eran los problemas de Castilla sino el problema de Javier Maroto?

El PP ya no es lo que era, su debacle electoral tiene diversos orígenes, éste es uno. El PP lo ha vuelto a hacer. Castilla no es nada, Castilla es solo una pieza secundaria en la estrategia del PP. Sí, ciertamente, en la de cualquier partido.