No sé si la indignidad de un
partido abastece de infamia a toda una nación o si, al contrario, la indignidad
de una nación llega hasta los partidos que la rigen. Lo del gobierno de Navarra
es de una indignidad que clama al cielo, que enerva a las almas más templadas y
que ofusca las mentes más preclaras.
Infamia tuvimos con la suciedad
de la corrupción que partidos como el PP en ámbito nacional y el PSOE en su ámbito andaluz repartieron entre
nosotros. Si, ser un corrupto, alcanzar las instituciones para llenarse los
bolsillos, para gastarse el dinero de todos en prebendas, yates, casoplones o
putas y comilonas, es una vergüenza nacional. Pero no la mayor. La mayor
vergüenza es no reconocerlo, no admitirlo, no pedir públicamente perdón, no
cubrirse los hombros de ceniza y no acudir de rodillas a la plaza pública.
Y el PSOE lo ha vuelto a hacer. Con tal de
alcanzar el poder. Con tal de repartir dineros, prebendas y sillones monta lo
de Navarra. Lo del futuro gobierno de Navarra es absolutamente indigno, tan
indigno que no sé si esta indigna España en la que vivimos se merece tanta
indignidad. Que le pongan los cuernos, la insulten y sigamos votando a los que
lo hacen. “Sigan” quiero decir.
Justamente en estos días cuando
los más marranos, los más indignos, aquellos que llevan la condición humana a
los más bajos registros, aquellos que piensan que matar puede tener excusa y
ser defendible (siempre que no maten a los nuestros, supongo) han salido a las
calles para recibir entre banderas, fuegos de artificio, aurreskus, goras y
gritos de ánimo, el PSOE de Navarra, ¿solo
el de Navarra?, ha decidido apoyarse en ellos para gobernar. Sí, justo en estos
días cuando los más detestable, aborrecible y despreciable de la humanidad se
arremolina en las calles para dar la bienvenida a los asesinos el PSOE va al parlamento navarro, al gobierno
navarro de la mano de quienes entienden, explican, comprenden y apoyan que se
asesinara a socialistas para alcanzar sus últimos objetivos… militares. Ciento
cuarenta años de honradez echados a la mierda.
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