Cuando leo la que ha montado esta
joven (bueno, no tanto) socialista en Portugal me viene a la memoria que todos
hemos querido cambiar el mundo y todos nos hemos rendido. No hay nada más
valiente que un joven descarado, irrespetuoso y decidido a criticar a sus superiores.
Eso, en mayor o menor medida, en un sitio u otro, lo hemos hecho todos y
finalmente hemos terminado como hemos terminado, amoldándonos a la sociedad y
limitándonos a dejar, después de un día de duro trabajo, nuestra mala baba en
las líneas de un blog o un periódico digital.
Doy por supuesto que a Alfonso Rojo,
director del periódico digital en el que escribo, y que tuvo con ella su pequeño rifirrafe en la tele,
no le importa que la alabe. Todo lo negativo que se quiera decir de ella puede
ser válido y aceptable, pero que hay que echarle un par de “guirnaldas
inguinales” para decir lo que dijo delante de quien lo dijo y eso debemos
reconocérselo. Olé los jóvenes y su descaro… pasajero. Este mundo sería
insoportable si todos nos cantásemos a la cara las verdades del barquero.
Así tenían que hablar todas las
juventudes partidistas a sus jefes partidarios. Alguno tenía que salir así en
el PP para impulsar una imagen de revoltosos, incómodos y dispuestos a hacerse con
las llaves del partido a nada que se descuide Rajoy. La juventud debe poner las
peras al cuarto al más pintao para que no se descarríe en medio de los coches
de lujo y sillones de cuero en despachos de mucho ringo rango. Los mayores, ya
se sabe, en seguida nos damos a la molicie, nos ablandamos y nos entregamos a
mantener en alto las banderas y los símbolos mientras nos pasamos por la
entrepierna los ideales que una vez perseguimos cuando éramos tan jóvenes como
ingenuos. Miren lo que le pasó a Gadafi, por no haber esperado a la otra vida
para rodearse de huríes.
Hay que dejar que los cachorros
hablen en serio a sus padres y les marquen unas normas de conducta para que no
vuelvan a casa a cualquier hora y tal vez con unas copas de más. A los
socialistas especialmente hay que pedirles ejemplo, que se nos ponen a salvar
el mundo del capitalismo salvaje entre champán francés, güisqui escocés y
alfombras persas, ¡Habrase visto! De la derecha no hay nada que comentar, ya se
sabe como son, que Alfonso Guerra los tiene mu requetebién diseñaos desde la
época dorada de la transición: unos aprovechaos que a la que pueden aprovechan
las leyes de Zapatero para despedir a los trabajadores, desahuciar a la gente, y
montarse en el dólar. De esa derecha, cabe, naturalmente, hacer honrosas
excepciones si son militantes
nacionalistas; en ese caso que estén al servicio del capital o que sean unos
corruptos se les perdona. O si untan bien a la prensa adicta para que callen
cuando hay que callar. Cuanto hay que callar.
Así como la izquierda se ha
trabajado siempre muy bien la propaganda, la derecha se ha trabajado muy bien a
los díscolos: Lo de esta chica les pasa a los socialistas por tener que dar
imagen de buenos, decentes y respetuosos progres. Claro que si no la dieran, pasarían
a ser de derechas y esta chica jamás volvería a España desde su destino en Viena.
Lo de desterrar a los díscolos se le daba muy bien a Franco y a sus sucesores
de la caverna; la izquierda cañí siempre ha preferido la delicadeza de “el que
se mueve no sale en la foto”. Quiere decir lo mismo pero con un verbo más
florido y hermoso.
PD: Esta joven ha hecho por el
PSOE más que ZapaHuero, que lo vació de militantes y de poder. Hay otros jóvenes
socialistas que piden su cese, su dimisión o su fusilamiento, no sé muy bien.
Envidiosos, que son unos envidiosos, se pelean por salir en los titulares. Bueno,
y en las listas electorales.
2 comentarios:
Hola Don Pedro, le dejo un enlace:
http://www.abc.es/espana/20130213/abci-beatriz-talegon-juventudes-socialistas-201302131736.html
Gracias por el enlace, lo conocía pero así vale para el resto de lectores.
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