Andan las webs más adelantadas
afirmando que 2013 será el año sin verano, que vamos a tener que soportar el
verano más frío desde hace más de cien años. La verdad es que no consigo
preocuparme; a mí me preocupan cosas como que Beatriz Talegón diga que Cuba es
una democracia porque hay elecciones. Sería para echarse a temblar… si esta
buena mujer fuera alguien. Yo todavía confío en la sensatez de las bases del
PSOE para que la detengan inmediatamente y la expulsen del partido por
franquista. Porque si se trata de elecciones… también Franco las celebraba. Con
su panda de amigos, prohibiendo a los disidentes, como Castro. Coño, qué
casualidad, los dos “son” gallegos.
El calor del verano por lo
general me puede, me debilita y me derrite; no hay mejor sitio en el mundo que
mi casa y media docena de ventiladores soplando a destajo. Me entra una desgana
que ríanse ustedes de Rajoy y su falta de iniciativa, de respuesta y de
soluciones. Eso sí, yo tengo claro que nadie de mi casa va a tirar piedras
contra mí, yo no tengo a ningún Aznar entre mis familiares, nos llevamos todos
razonablemente bien sin que nadie se tire España a la cabeza. Vamos, que no hay
ningún militante del PP entre los míos, que yo sepa.
Hace ya mucho que escribí sobre
las posibilidades de que el PP se rompiera, sobre las escasas posibilidades de
que eso suceda, quiero decir, y de lo bien que vendría a España. Casi en
cualquier otro país los apoyos sociales que tiene el PP están divididos entre
dos partidos diferentes. No es que con ello arreglemos este verano indecente
que dicen que se nos avecina, pero si así contribuimos a que desaparezcan los
actuales partidos… eso que salimos ganando. Este sistema de “ahora mando yo y
mañana mandas tú” nos ha llevado a un sucedáneo barato de democracia, a un sucedáneo
barato de derecha y a un sucedáneo barato de España.
Rajoy ha hecho de su capa un sayo
y dice que las reglas las marca él, que el verano será como él diga y no como
estaba programado por el partido. Este PP que no es chicha ni limoná nos ofrece
un verano que no será, un programa que no está y una derecha que no es porque le
da vergüenza que se lo llamen a la cara. O porque tiene miedo de mirarse en el
espejo y, vade retro, reconocerse de derechas. Eso jamás. En vista de lo visto a
mí me encantaría que saltara el PP en dos partidos, a ver si cunde el ejemplo y
se desmenuzan todos –o casi- en partidos taifas hasta que Merkel mande parar. O
hasta que no quede ningún español sin emigrar.
Y mientras tanto los partidos
alternativos no ofrecen alternativa, ustedes perdonen la redundancia; continúan
agazapados en las encuestas sin reventar el grano de la desilusión social. Quizá,
si tenemos la suerte de que en agosto haga frío y de que llueva a mogollón, la
gente esté tan harta de no poder ir a la piscina que monte una revolución
contra el sistema. A la gente lo único que le calienta las criadillas es que le
priven de vacaciones en el Caribe o de fútbol. Dado que de lo del Caribe ya
hace tiempo que nos hemos olvidado, como no podamos tampoco ir a la pisci del
barrio España arderá por los diecisiete costados. No en vano últimamente hay
fútbol todos los días, aunque sea de pago.
Y de lo que ocurra con el PSOE me
ocuparé otro día que venza la pereza; desde que en el PSC les eligieron a
Zapahuero como candidato he perdido la esperanza. Tienen que caer muy bajo para
regenerarse y me temo que lamentablemente no sucederá. Tampoco esto, quiero
decir.
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