Tal y como se acaba de anunciar,
la deuda pública española no hace más que subir disparatadamente a pesar del
sacrificio que los gobiernos han impuesto a funcionarios y jubilados, a pesar
de haber eliminado médicos y maestros, a pesar de haber reducido las ayudas a
desempleados y dependientes. A pesar de las dolorosas subidas de impuestos.
¿Para qué sirve tanto sacrificio popular?
Todos andamos esperando desde los
primeros momentos de la crisis la reforma del Estado. Autonomías,
ayuntamientos, altos cargos de libre designación… las posibilidades de recortar
gastos superfluos eran muchas y de rápidos efectos; por alguna razón
desconocida tanto Zapatero como Rajoy prefirieron hacer sufrir a los ciudadanos
en vez de ser consecuentes: si el Estado había gastado de más, y no los ciudadanos,
el peso de la crisis no debía recaer sobre estos últimos. Si la crisis había
sido gestada por la Banca y no por los usuarios éstos no debían sufrir las
consecuencias, si los políticos no habían sabido gestionar la crisis y no los electores
no eran éstos los culpables que debían pagar las consecuencias… Sin embargo
hasta el momento, los tambores señalan el próximo viernes, nada se ha hecho por
este camino de la reforma del Estado.
Radio Televisión Española es uno
de tantos entes gubernamentales que gastan infinitamente más de lo que
producen, es una riada de dinero que sale de los bolsillos de todos los
españoles, es un robo continuado, consentido y legalizado al que los gobiernos,
todos, nos someten sin razón, …o sin más razón que asegurarse publicidad institucional
gratis, noticias favorables y farragosos comentaristas siempre al calor del sol
que más calienta, todo lo cual debería traslucirse en votos en las urnas para
el partido del gobierno.
No sé si Rajoy debería hacer como
el gobierno griego, al que por cierto le acaban de obligar a reabrir la tele, y
pegar un definitivo cerrojazo a esa sangría económica, esa millonada gastada en
programas rosas, telediarios complacientes y series banales …con algún que otro
concurso ingenuo, pero muchos españoles lo aplaudirían con las orejas. ¿Cuántas
camas de hospital, cuántos maestros, cuántas becas caben en esa vía de agua que
convierte nuestras declaraciones de la renta en una tomadura de pelo
consentida?
No sé si Rajoy debería pegar un
definitivo cerrojazo a ese derroche monetario pero no puede quedarse de brazos
cruzados y dejar que a cuenta de TVE se pierdan tantos millones, hay que cortar
ya ese despilfarro, esa catarata de gastos inútiles, cuando tantos españoles
están siendo desahuciados, cuando entre nosotros empieza a haber niños
malnutridos, cuando a los cuarenta años te dicen que eres demasiado mayor para
contratarte…
Algo habrá que hacer; TVE no sirve
como portavoz institucional sino partidario, con un gobierno y con otro; no
está consiguiendo elevar el nefasto nivel cultural de una España troglodita; no
está consiguiendo levantar la calidad televisiva de España, sino que entra en
competencia con las cadenas comerciales… y además es un agujero en nuestro bolsillo
por el que se escapa buena parte de nuestros escasos caudales. Los presupuestos
del Estado alimentan nuestra propia ruina subvencionando bochornosamente
nuestras propias pérdidas, si no se estima oportuno el cierre de RTVE debe buscarse
inmediatamente equilibrar gastos e ingresos. ¿El procedimiento? A mí se me
ocurren varios, pero seguro que hay alternativas.
Post data… De la ruina de las
televisiones autonómicas… ¿Cuántos kilómetros de carreteras se podrían mantener
gratis con lo ahorrado… con lo que se podría ahorrar en ellas?
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