La crisis económica lo es porque
es moral. España siempre ha sido un país de rinconetes y cortadillos, de
mentirosos, timadores y engañabobos, aunque alguna gran contribución a la
Humanidad también sea culpa nuestra.
Pero por la moral, por la falta
de moral, hemos brillado secularmente, los grandes clásicos nos lo han narrado
en esa genial Literatura que la Lengua Castellana ha dado a luz a través de
siglos y movimientos literarios diversos. La crisis actual, mundial, claro, tiene
entre nosotros un especial arraigo debido a la miseria moral de unos y otros.
Nos afecta a todos, afecta a todas las capas sociales, afecta a todas las
ideologías.
No todos somos Bárcenas, nombre
que ha pasado a formar parte del pensamiento colectivo español, también somos
Blesa, también somos los de los ERES fraudulentos andaluces, también somos los
sindicalistas de CC.OO. y de UGT que cobraban una "mordida", déjenme
usar la terminología sudamericana, que va muy bien, en nombre de los débiles,
de los desheredados y de los parias de la Tierra.
La crisis económica, ésa que se
traduce en despidos, desahucios y malnutrición infantil, tiene su origen en la
crisis moral, la falta de sentimientos nobles, la falta de altos ideales nobles
y el descrédito que virtudes humanas como la bondad, la sinceridad y la
humildad tienen entre la sociedad. ¿Acaso decir de alguien que es bueno no
tiene un componente de excesiva ingenuidad que ridiculiza al presunto
bondadoso? Decimos de los demás que son grandes personas, grandes compañeros,
ejemplares profesionales ...pero decir de alguien que es "bueno" es
limitarle en todos los demás aspectos, ésos que la sociedad competitiva de hoy
estima como propios. ¿Decimos de alguien que nos gusta o que lo valoramos porque
es humilde?
¡Señor, qué atraso!
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