Cervantes era catalán y escribió
El Quijote en catalán. Colón era catalán y descubrió América enarbolando la
senyera en nombre de la república de Catalunya. Rodrigo Díaz no era de Vivar,
sino de Vilanova y la Geltrú. El alcalde de Móstoles en realidad era de Vich.
El dos de mayo tuvo lugar el onze de setembre.
Moisés no separó las aguas del
mar Rojo, sino las del Ebre. Y eso porque Dios es catalán y aprecia mucho a los
suyos. Juan El Bautista en realidad bautizaba en el Llobregat, mal que le pese
a la Biblia. Los doce apóstoles eran todos chavales de la cantera del Barça, no
hablaban arameo sino catalán. Judas no, Judas era de un pueblo de al lado de
Burgos. Cristo no nació en un establo abandonado sino en una masía incautada
porque su dueño no quiso pagar el 3% a CiU. Que el Duero corra hacia el oeste
en vez de tener su salida natural hacia Catalunya es una clausula impuesta por
los castellanos después de la guerra de Sucesión.
La paella valenciana fue
descubierta por un lugarteniente de Rafael Casanova mientras rebuscaba en el
frigo algunas verduras para arrojarlas a los opresores borbónicos. Elliot Ness
tuvo que cambiarse el nombre y emigrar a Chicago para no ser fusilado por los
castellanos. Marconi, el inventor de la radio, se llamaba Marconet y había tenido
que exiliarse en Italia por presiones de los envidiosos esteparios. El agente
007 era un mosso de escuadra que en su tiempo libre se dedicaba a visitar a los
empresarios y recordarles amablemente que CiU ni olvida ni perdona.
La victoria de las tropas imperialistas
cambió los libros de texto y desde entonces los peregrinos caminan en dirección
contraria: Santiago de Compostela estuvo previamente en Cataluña y se llamaba Sant
Jordi del Panadés. La catedral de León fue expoliada a L’Espluga de Francolí y para
más escarnio sus sillares fueron llevados a lomos de asnos autóctonos
catalanes. La estación de Venta de Baños se habría llamado siempre “de Banys”, de
no ser por la censura franquista.
El fuego no fue descubierto a
orillas del lago Baringo, en África Oriental, sino a orillas del lago de
Banyoles y por supuesto por un homo erectus que hablaba catalán con acento del
lugar. Asterix nunca fue francés sino un almogávar catalán, pero las presiones
de Franco consiguieron, previo pago con dinero expoliado a Catalunya, que
Francia lo aceptase como suyo. Machado en realidad quería titular “Campos de
Catalunya”, pero no supo resistirse a las presiones centralistas y terminó
escribiendo “Campos de Castilla”.
El himno de Cataluña nunca ha
dicho nada de hacer tinta roja con la sangre de los castellanos. En las
escuelas catalanas hay libertad para escoger el idioma vehicular. Los catalanes son libres para hablar en
defensa de España. El Ebro es un río catalán que nace donde se le pone en las
narices, ya está bien de tanta opresión anticatalana.
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