No, no es el primer primero de año que escribo de esta señora. No, ni entonces ni ahora he visto sus programas, tengo buen gusto, algo de formación y cierta salud mental.
Pero no puedo evitar tener los ojos y las orejas puestas. Está en todos los periódicos, incluso en los serios, lo que quiere decir que es importante, influyente. Solo por estar güena y ser progre. No, tampoco puedo evitar, y lo que me duele, que millones de ciudadanos con formación, información y derecho al voto la hayan visto. Me duele como cuando, hace ya muchos años, otro montón de ciudadanos veían a Carmen Sevilla presentar aquello del cupón de la ONCE. Siempre todos a la espera de que se equivocase. Para reírse de ella.
Pero ahora la cosa, además de a la cultura, afecta a la mentalidad social, a esta concepción social que dice que si eres de izquierdas está bien que esta… (¿qué es, actriz, presentadora, bailarina, modelo?) … que esta señora se desnude y cobre una pasta por ello. No, no es machismo, no es sexismo, es progresismo, es Cristina Pedroche.
Está güena, de las fotos veo que está güena, hay muchos españoles que pierden la baba por ella. Putos envidiosos. Y por eso se gana la vida con su cuerpo. Enseñándolo, enseñándonoslo. En Antena 3, la emisora conservadora de la televisión española. Pero como es Cristina Pedroche se acepta, está bien porque la dice ella. Y porque el dinero es solo lo más importante para el capitalismo.
Me duele esta España en la que falta conciencia, en la que las cosas están bien o mal, son éticas o no, dependiendo del color de las gafas sectarias que te pongas. Enseñar el cuerpo ( piernas y el escote esencialmente) está mal si es en una carrera de coches o motos, o en el podio de una carrera ciclista. Pero el feminismo, esta orientación extremista y sectaria del feminismo actual, acepta el desnudo o el quasi desnudo si es una de las suyas la que aparece en bragas y sujetador ante media España.
¡Qué derroche, Cristina Pedroche!
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