Palencia es una emoción:

09 marzo 2006

LA CUADRATURA DEL CÍRCULO FEMENINO

Hablábamos el otro día en la tertulia televisiva del día de la mujer trabajadora. La verdad es que estos temas tan manoseados me fastidian bastante, más que nada porque ya está todo dicho y hay una verdad oficial que suele coincidir con lo que yo creo que es la verdad real, lo que me impide abandonar caminos trillados y demasiado políticamente correctos.
Estoy convencido de que la primera obligación de quien escribe es salirse de lo políticamente correcto e inventar nuevos caminos, por lo que me molesta sobremanera tener que repetir mansamente lo que todo el mundo va diciendo. Bueno, y también me fastidia dar la razón al poder, que también creo firmemente que a toda persona bien nacida le tiene que fastidiar dar la razón al poder.
Me temo que es mucha verdad eso de que la mujer está discriminada en el trabajo por tener la capacidad de embarazarse, que es algo que a lo mejor ya quisiera alguno. Lo de embarazarse, digo, no lo de ser discriminado. En la tertulia fui a añadir algo de que la discriminación no sólo podía venir por nacimientos y bebés, sino que cuántas veces alguna mujer ha renunciado a su carrera profesional por cuidar a los ancianos pero ya no me dio tiempo. A joderse y ser más ágil la próxima vez.
Alguno de mis contertulios decía que lo de las cuotas le parecía mal. A mí también, pero me siento incapaz de cuadrar el círculo de la discriminación cuyo centro es la política de cuotas. Vamos, que no me sé la solución, lo que es absolutamente intrascendente ya que gracias a Dios no estoy en el Gobierno.
La política de cuotas a calderadas que impulsa alguno de los más impresentables ministros es una chorrada que llevaría a que un puesto de trabajo se tuviese que entregar a la segunda persona mejor preparada, si el mejor preparado para ese puesto fuese del sexo ... esto... ¿inapropiado? No, a ver, si fuese del sexo... mayoritario en la empresa. (En este momento resisto la fuerte tentación de escribir una digresión sobre la política de cuotas para personas de sexo ambiguo, ambivalente o multiforme, expresión que tomo de un/a amigo/a mío/a muy machote/a durante los días laborables, pero de sexualidad ubicua durante los fines de semana) Pero la verdad es que no siempre se otorga un puesto de trabajo al más preparado, sino al más barato, es decir al que no se embaraza, al que no tiene que llevar los niños al médico o al que no tiene que dejar una reunión para ir a buscarlos a la salida del colegio.
Esto Jolivuz lo tiene contado en muchas pelis. Me viene a la cabeza una de George Clooney, que hace de periodista de investigación que se quiere llevar al huerto a una señora de coge pan y moja que tiene un hijo, por cuya causa está a punto de perder el trabajo. El Clooney también tiene un hijo, pero no parece que su trabajo peligre, ya ve usté. Al final ella se pone a llorar delante de los jefes y no la despiden. Puro Jolivuz, ya digo. No consigo acordarme del nombre de la peli ni del de la señora, ya lo siento, que estaba muy bien (la señora, no la peli).
Pero lo de las cuotas tampoco me vale, que corremos riesgo de discriminar a alguien para no discriminar a un rival que tenga la suerte de ser del sexo apropiado, que hace años que esto ocurrió en Alemania, donde dos personas de sexo opuesto (y complementario, diría yo) competían en igualdad de méritos para un determinado puesto. El afán de lo políticamente correcto llevó a que, sin deshacer el empate, el trabajo fuese para la señora, como forma de combatir la discriminación femenina. Que pasó a ser discriminación masculina. Por otra parte, lo de poner a señoras por poner... me recuerda a los que las ponen en cueros para anunciar un Citroën, por ejemplo.
Posdata: Señores del Gobierno, menos mal que han rectificado, porque si un día mi hija llega a decirme “Oye, progenitor B, dame la propina” la envuelvo en papel charol y se la envío a ustedes anexada a un correo-e para que la eduquen con cargo a los presupuestos generales del Estado. He dicho.

No hay comentarios:

Seguidores del blog

Otros blogs míos.