Palencia es una emoción:

24 octubre 2006

LA BATALLA DE MADRID

La verdad es que la victoria del Real Madrid sobre el Barcelona no me motiva nada. Lo que es por mí hasta que no vuelvan a ganar diez o doce copas de Europa seguidas no me alterarán el pulso. Hace tiempo que viendo el desastre de Florentino Pérez procuré vacunarme de madriditis, así que no entiendo tanto alboroto ni tanta tinta. Ni me van a subir el sueldo ni me van a jubilar antes de tiempo, como si trabajara en Telefónica o algún gran banco de esos que gana miles de millones. Tampoco se va a acabar el hambre en el mundo ni se va a detener el deshielo de los polos, cosas todas ellas que sí me preocupan grandemente. Más que Raúl o Robinho me interesa Marta Domínguez que es de mi tierra, es más guapa y sonríe más. Hombre, qué quieren que les diga, tampoco voy a bañarme a ninguna fuente cuando gane todas esas cosas tan importantes que gana, yo prefiero bañarme en mi casita y oyendo a Edith Piaf, pero interesarme me interesan ella y sus victorias más que las del Real Madrid.
He llegado a una edad en que ya pocas cosas me asaltan el corazón. Miren, les voy a ser sincero, entre los pocos asuntos que sigo con atención y complacencia está la batalla de Madrid, la de la alcaldía quiero decir. Eso si que tiene morbo, que a estas alturas el PSOE haya sido incapaz de encontrar una persona válida para ese puesto me quita el sueño. Bueno, no, qué bobada, ni me quita el sueño ni nada así, allá los socialistas si entre tantos cientos de miles de militantes no son capaces de encontrar a uno que valga la pena. Que ya está bien de pretendientes que se niegan. ¿Qué opinará el que finalmente acepte? Yo que él (o ella, o el zerolo, vaya usté a saber) al día siguiente me cogía una baja por depresión, eso de que a uno lo quieran como sexta o séptima opción tiene que saber a aceite de ricino.
Lo de proponer a María Teresa Fernández de la Vega, la vicepresidenta del Gobierno o de lo que sean esos que se reúnen todos los viernes con Rodríguez, es desvestir a un santo para vestir a otro. Y con esta alusión a la ropa no pretendía referirme a sus modelitos, porque por muy impropios que resulten para una vicepresidenta socialista sí parecen adecuados para una vicesocialista. Imagínensela en plena campaña, mordiéndose las uñas de mitin en mitin sin saber si de vicepresidenta de Zapatero va a pasar a ser alcaldesa de Madrid o primera concejala de la oposición. Ahí es nada lo que se juega el PSOE. A mí también me ha llegado ese SMS que ha corrido entre los socialistas pidiendo (¿O tal vez exigiendo?) a Zapatero que no la saque del Gobierno pero no he tenido a nadie a quien pasarlo, conozco mucha gente del PSOE, pero a pocos socialistas.
No, no, el hecho de que me haya llegado a mí el SMS interno del PSOE no quiere decir que yo sea socialista. Uno ha madurado y comprendido que los grandes partidos sólo son maquinarias electorales y correas de transmisión de lo políticamente conveniente, por eso hay que huir de ellos si quieres que tus neuronas sigan en funcionamiento. Simplemente lo más probable es que el PSOE tenga algún infiltrado entre mis amigos. Eso sí, me preocupa: Que gentes de los primeros partidos nacionales tengan mi teléfono eso sí que me eriza el vello, que las armas las carga el diablo y nunca se sabe qué pueden hacer con mi número. Cualquier día son capaces de llamarme y proponerme algo honesto. Peores cosas se han visto.

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