Palencia es una emoción:

20 febrero 2007

Reformas estatutarias, innecesarias e imprescindibles.

Algunos políticos no escarmientan y siguen, erre que erre, tropezando en la misma piedra y ya van dos veces. Y las que quedan.... Me refiero a todos aquellos que han hecho el centro de su vida política la reforma de los estatutos de autonomía. Si repasamos el clima político previo a cada referendo veríamos que era extremadamente urgente y cuestión de vida o muerte “la reforma de un estatuto alicorto que encorseta a nuestros ciudadanos, impidiéndoles el normal desarrollo de sus capacidades sociales y políticas, flagelando innecesariamente el natural y pacífico espíritu emprendedor de nuestra capa social y empresarial y cercenando de raíz nuestras esperanzas de progreso como demócratas de toda la vida y nuestro devenir como pueblo con orgullosa conciencia nacional”. Y ustedes perdonen si la frase les resulta demasiado larga y alambicada, pero me ha salido de corrido y no voy a modificarla porque expresa muy sencilla y coloquialmente la complicada entelequia de sus patrocinadores.
Bueno, pues primero en Cataluña y ahora en Andalucía el sentido común ha expresado bien claramente dónde pueden meterse los políticos sus aspiraciones nacionales respectivas, situando muy certeramente cuáles son las verdaderas preocupaciones del ciudadano. Las cifras son escandalosas en ambos casos, pero, aún siendo más bajas las de Andalucía, me parecen políticamente más llamativas las que en su momento se produjeron en Cataluña, que fue la locomotora de estos cambios, tanto por su relevancia en el conjunto de España como porque esas supuestas ansias diferenciadoras son drásticamente más populares.
En cualquier caso, el fracaso político del casi 64% de abstención en Andalucía es muy seria llamada de atención a los políticos de rostro duro e intención inquebrantablemente localista. Nadie se había atrevido a pronosticar este derrumbe de la asistencia, y eso que los vaticinios eran ya generosos. Los políticos correrán ahora a replantearse su estrategia en los futuros referendos que se vayan convocando. Y nos quedan unos cuantos guardando cola. Sin embargo esto es ya algo imposible de evitar, el tirón de autogobierno de Cataluña, el que se espera en Galicia y en el País Vasco, cuando toque, debe llevarnos a todos arrastras, nadie puede quedarse atrás.
Ya la Constitución y estatutos originales eran fuente de división de españoles según la comunidad donde residieran, con diferente nivel de derechos y de influencia en las decisiones económicas y políticas que deben corresponder a todos. La inapetencia política de la inmensa mayoría de los ciudadanos, que cobardemente ven, oyen y callan, había terminado por consagrar las diferencias entre autonomías de primera y otras de segunda, diferencias que hunden su raíz en la inoperancia de nuestros políticos chabacanos, conformistas y más amantes del escalafón de su partido que de la defensa de los intereses de sus representados.
Si ahora detuviéramos, minimizáramos o reconvirtiéramos la ejecución de las reformas estatutarias estas diferencias se agrandarían, originando la aparición de castas y subcastas de ciudadanos, convirtiéndonos a los castellanos, por ejemplo, en puros intocables, simple material de desecho, paganos de la torpeza de nuestros políticos y de las obligatorias inversiones del Estado en las regiones más afortunadas, dejándonos reducidos a mera mano de obra exportable, algo que ya logró Franco en los años sesenta.
En dicha situación, los españoles de segunda división, residentes en autonomías sin un fuerte partido nacionalista o donde el PSOE no ha elegido demostrar que el estatuto catalán no es un peligro, que es para lo que se ha pensado en Andalucía, quedaríamos indefensos a merced de los sucesivos gobiernos centrales que “hablan catalán en la intimidad” y sumisos ante el poder de determinados gobiernos autonómicos, puesto que seríamos incapaces de competir con ellos por carecer de los mismos instrumentos políticos y económicos así como de influencia en el Gobierno Central.
Café para todos, pero teniendo en cuenta que hasta ahora casi toda España ha recibido sólo achicoria.
PD Me dicen que Pepe Blanco echa la culpa de lo del referéndum andaluz al PP. Joé, qué tropa, son impagables, si no dieran pena darían risa......

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